El rally Clásicos del Atlas acaba de celebrar su vigésima primera edición, que se dice pronto, y lo que más nos gusta es que se encuentra en un formidable momento de forma. No en vano, los rally-raids todoterreno con vehículos clásicos crecen en nuestra península, y, para los más aventureros, también en nuestro vecino Marruecos.
De entre todos los rally-raids “populares”, la prueba decana es el Clásicos del Atlas, la primera que se puso en marcha abriendo la brecha para lo que vino después. Bajos costes de participación, el uso de coches baratos de adquirir y una afición desmedida por parte de los participantes son un cóctel perfecto para que año tras año, en la edición de primavera o en la recién celebrada invernal, esta prueba sea un auténtico éxito.
La clave del Clásicos del Atlas
La premisa de tener un vehículo del siglo pasado es el requisito más severo a la hora de participar en el Clásicos del Atlas. A esto hay que sumar mínimas medidas de seguridad, que incluyen llevar equipamiento de rescate (una eslinga, pala y planchas de desatasco), así como luces anti-polvo (como las de niebla, pero en lo alto del vehículo) y protección de bajos. Todo ello convertirá nuestro humilde veterano en todo un prototipo aventurero.
Con todo esto y dada la libertad que permite el reglamento, el parque cerrado del Clásicos del Atlas es de lo más variado, con turismos humildes como un Renault 5 o un muy capaz Suzuki Ignis que cuenta con tracción 4×4, eje trasero rígido y una extraordinaria ligereza.
En cuanto a lo que son verdaderos todoterrenos, se presentan vehículos muy competitivos. Pero quizá lo más llamativo lo vimos dentro de la categoría de motos, que en esta edición invernal contaba con los López, padre e hija, a bordo de una Ural con sidecar de la década de los 40; todo el mérito para ellos.
Así se disputa el Clásicos del Atlas
Como casi todas las pruebas “asequibles” de este tipo, el rally-raid Clásicos del Atlas es una prueba de regularidad en la que lo importante es pasar por los waypoints facilitados por la organización siguiendo un rutómetro o bien siguiendo “rumbos”. En cada tramo, hay que llevar una velocidad constante fijada por la organización, si bien como se trata de disfrutar lo máximo posible, los organizadores ofrecen dos posibilidades: velocidades medias altas (para quienes quieren ir más de “rally”) y bajas (para los amantes de la aventura).
Hay también una etapa nocturna. Y todo ello hace posible que se reduzcan las diferencias entre los más expertos y los novatos, ya que en las clasificaciones nunca hay favoritos claros. De hecho, tras una semana de competición, las diferencias en puntos son mínimas.
También hay que recordar que detrás de una prueba como el Clásicos del Atlas se encuentra una completa organización que incluye participantes en más de una treintena de dakares africanos, auténticos expertos que hacen las labores de apertura de pista y rescate, entre otras muchas funciones, para que los participantes se sientan arropados en todo momento. Servicio sanitario y de taller completan el abanico de acciones llevadas a cabo desde la organización del Clásicos del Atlas.
En cuanto al recorrido, siempre se buscan trazados inéditos, aunque otros son un fijo, como las playas o los ergs de dunas más típicos marroquíes. Eso sí, los turismos y los todoterrenos llevan a cabo siempre parte de las especiales por pistas y caminos específicos para cada categoría en aras a ajustar la dificultad para cada tipo de vehículo, buscando siempre un nivel de dificultad abordable pero selectivo.
El Clásicos del Atlas es también un rally solidario
Como no podía ser menos, una prueba como el Clásicos del Atlas no sería un buen raid africano si no dejara un impacto positivo tras su paso. Desde hace varias ediciones, la prueba tiene un férreo compromiso con el equipo de fútbol femenino de la localidad de Khamlia.
Tras haber entregado en viajes anteriores equipaciones y material, en esta ocasión se ha ido un paso más allá, llevando cuatro equipos de focos alimentados por baterías para proporcionar iluminación al campo de fútbol local. El dinero para sufragar esta infraestructura se ha conseguido con aportaciones de los implicados en el Clásicos del Atlas junto a otras donaciones de particulares.
Clasificaciones del XXI Clásicos del Atlas
Este año, Abdel Hadi-Diez fueron los ganadores de esta XXI edición del Clásicos del Atlas a bordo de su Toyota Land Cruiser. Son veteranos en la carrera y se nota, ya que hicieron un buen trabajo durante toda la semana.
Segundos fueron los portugueses Da Cunha-Parente, mientras que González-Ariza cerraron el podio con mucho mérito, dado que iban cuatro a bordo del Land Rover Discovery que utilizaron. También son repetidores, y habrá que tenerlos en cuenta para futuras ediciones.
En 4×4 de media baja, García-Irabien fueron los ganadores con su Lada, seguidos de García-Pereda con un Range Rover y Llevet-Pallares, también con Range Rover.
En cuanto a los turismos de media alta, González-Bujan, con su Mercedes, se llevaron el gato al agua. Segundos fueron Vázquez-Vázquez con Fiat, y cerró el podio la pareja Trujillo-Besteiro, con Audi. La categoría de turismos con medias de velocidad baja fue ganada por Merchan-Sánchez, con Seat. Aristegui-Erauskin se situaron a continuación a bordo de su Renault, mientras Rementeria-Erauskin cerraban el podio, también con Seat.
Finalmente, entre las motos, Mario Triguero se impuso por segunda vez en la prueba, con su Vespa, tras un trabajo impecable que le hubiera dado por puntos el segundo puesto absoluto. ¿Te animas a participar en el próximo Clásico del Atlas? Para ponerte los dientes largos, te dejamos esta galería de fotos exclusivas.