La suerte está echada y los coches de combustión dejarán de venderse en Europa en 2035. La decisión es firme, tal como aprobó el Parlamento Europeo hace unas semanas, pero siguen surgiendo voces que ponen en duda, o cuestionan, que este proceso se vaya a llevar a cabo tal cual, en tiempo y forma.
El último que se ha sumado a esas dudas es quien, posiblemente, más convencido debería estar del cumplimiento de los plazos que nos deben llevar hacia la descarbonización total de Europa. El comisionado del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC), José María López, puso sobre la mesa esas inquietudes cuando afirmo que cree que la Comisión Europea se «va a replantear» el plazo para poner fin a la venta de vehículos de combustión en la Unión Europea (UE), establecido para 2035.
Lo hizo en un acto en el que, además de toda la prensa del sector, estaba presente una gran parte de representantes de las marcas y fabricantes de automóviles, con motivo de la entrega del premio al ‘Coche del año’ que otorga el diario ‘ABC’. Pese al visto bueno dado por el Parlamento Europeo para que a partir de 2035 todos los turismos y furgonetas nuevos que se comercialicen en la UE sean «cero emisiones», el comisionado no está convencido de que vaya a ser así.
Hay que analizar la situación del automóvil
Europa se lo va a replantear, porque hay que analizar cuál es el estado de las tecnologías cuando nos acerquemos al 2035. Lo que no podemos es embarcar a los usuarios nacionales y europeos en un límite temporal en el que no sepamos qué hacer. De hecho, ahora la gente no sabe qué coche comprar», ha afirmado el comisionado del Perte VEC.
En ese sentido, López ha reconocido que el sector del automóvil atraviesa un momento en el que hay que tomar «decisiones estratégicas» y de «calado» que van a afectar «no solo a las plantas de fabricación europeas», sino también a las españolas.
«El horizonte es una línea imaginaria que separa la tierra del cielo y, según te vas acercando, también se van alejando. Por tanto, espero que esas revisiones de la Comisión (Europea) a lo largo de estos años analicen cuál es la situación del automóvil y se pueda revisar tanto el coche eléctrico como la infraestructura, que van emparejadas», ha agregado.
Las palabras de López no hacen sino poner en cuestión si Europa está capacitada para llevar a cabo una transformación tan rotunda y con fecha de caducidad. Aunque evidentemente nadie pone en cuestión que ese sea el camino y que, por supuesto, todos los actores del sector del automóvil estén claramente por cumplir con la normativa y con los objetivos impuestos por la Unión Europea.
La Unión Europea revisará los objetivos de 2035 en 2026
Pero lo que sigue sin estar tan claro es que las fechas se vayan a cumplir a rajatabla. De hecho, hace unas semanas, Miguel Carsi, presidente de Toyota en España nos comentaba que «la Unión Europea tampoco lo tiene tan claro, cuando dejó una ventana de revisión en el 2026, para ver si efectivamente es posible cumplir los objetivos». Vamos a ver que pasa; nosotros seguimos trabajando de cara a cumplir y ser cien por cien libres de divisiones en 2035, pero vamos a ver qué pasa de aquí a allí».
Otros responsables, como el presidente de Suzuki Ibérica, Juan López Frade, también han mostrado en público sus dudas. Frade comentaba en un artículo publicado en el diario La Razón que «es bueno que la legislación de la UE se encamine hacia los combustibles neutros en carbono, si bien deberían al mismo tiempo alentar el desarrollo de soluciones innovadoras alternativas para lograr ese objetivo. En cualquier caso, y vistos los plazos en los que nos movemos, los desarrollos tecnológicos que faltan y las infraestructuras que quedan por realizar, yo todavía no apostaría por la muerte de los motores de combustión interna», comentaba.
Y todo esto, en un contexto, cuando solo quedan 12 años para que entre en vigor esta medida, y con la nueva normativa Euro 7 para todos los vehículos fabricados a partir de 2025 que puede provocar una desaceleración de las inversiones que los fabricantes deben hacer para mejorar los desarrollos de electrificación de los vehículos; pues esas cantidades deberían ir en parte a cumplir los objetivos de Euro 7.
El desarrollo de la movilidad eléctrica parte a Europa en dos
Eso por no hablar del camino arduo que hay por delante para que todos los países europeos estén preparados para ofrecer los servicios necesarios para una parque de coches eléctricos que en 2035 empezará a ser predominante. Las infraestructuras y el desarrollo de unas medidas de incentivos para empujar las ventas de coches eléctricos son asignaturas que, por ejemplo en España, necesitarán de un gran impulso.
Porque, como ha ratificado Anfac, la asociación que agrupa a fabricantes y marcas de automóviles, la movilidad eléctrica en Europa está mostrando claramente dos bloques, dos velocidades. Y nuestro país está en el segundo vagón, que cada vez se va alejando más del primero. Si no hacemos las cosas bien y rápido, la oportunidad de convertir a España en referencia también en la producción de eléctricos desaparecerá. Y como nos comentaba el director general de Anfac, José López-Tafall «Nos estamos jugando el futuro de dos millones de empleos».
Las palabras de José María López ponen de nuevo dudas sobre los plazos y los tiempos. 2035 está muy cerca y no está claro que a la velocidad que vamos seamos capaces de llegar al objetivo.