El grupo automovilístico Stellantis ha decidido detener temporalmente la producción del modelo Fiat 500 eléctrico en su planta de Turín. Esta medida, que se extenderá durante cuatro semanas inicialmente, hasta el 11 de octubre, responde a la baja demanda de vehículos eléctricos en Europa, según han informado los sindicatos. La decisión revela las crecientes dificultades que enfrentan los fabricantes de automóviles en un mercado europeo que aún no despega en el ámbito de la movilidad eléctrica.
En un comunicado dirigido a los sindicatos, Stellantis explicó que la paralización es “necesaria debido a la falta actual de pedidos vinculados a las profundas dificultades que atraviesa el mercado europeo de eléctricos”. El fabricante destaca que los automóviles del continente son “los más afectados” por esta situación. Y eso que el Fiat 500 eléctrico es una de las alternativas más lógicas y exclusivas del mercado, como esta atractiva versión Giorgio Armani.
Aunque el grupo asegura estar “trabajando duro para gestionar lo mejor posible esta difícil fase de transición”, la interrupción de la producción refleja una preocupación evidente sobre el futuro inmediato del sector.
La planta de Mirafiori, en Turín, en situación complicada
Los representantes de los trabajadores han confirmado que la suspensión comienza el pasado viernes, mientras que los medios locales indican que Stellantis sigue intentando sortear esta etapa con la mayor eficiencia posible. La situación es especialmente crítica en la planta de Mirafiori, en Turín, donde se fabrican los modelos del Fiat 500 eléctrico.
Desde principios de año, la planta ha producido solo 18.500 coches, una cifra muy por debajo de los 52.000 vehículos fabricados en el mismo periodo de 2023. Esto representa una caída de producción del 83%, un dato alarmante que proyecta un cierre de año con unas 20.000 unidades fabricadas, muy lejos de las 200.000 necesarias para garantizar la viabilidad de la planta.
Fiat 500 eléctrico, otra ‘víctima’ más
Esta drástica reducción en la producción coincide con una caída del 32% en las matriculaciones de vehículos del Grupo Stellantis en Italia en agosto, en comparación con el mismo mes del año anterior. La desaparición de incentivos públicos a la compra de coches eléctricos es uno de los factores que explica esta disminución.
Sin embargo, no es el único motivo; la crisis del sector está afectando a otros actores de la industria automotriz europea y mundial, reflejando una tendencia general de desaceleración en la adopción de vehículos eléctricos.
A pesar de este panorama desalentador, Stellantis continúa apostando por el complejo de Mirafiori. La compañía ha expresado su compromiso de transformar esta planta en un referente global de innovación y desarrollo, una decisión clave para afrontar los desafíos de la transición hacia la movilidad sostenible.
“El complejo Mirafiori está viviendo una profunda transformación, con el objetivo de convertirlo en una auténtica fábrica global de innovación y desarrollo”, afirmó la empresa en su comunicación a los sindicatos.
