Lo que ha logrado BMW M a lo largo de su historia no es nada sencillo: situar a dos de sus modelos como los más emblemáticos de la historia en sus respectivos segmentos. Porque si el BMW M3 (y M4) es la referencia absoluta entre las coupés y berlinas medias, el BMW M5 representa la berlina de lujo de altas prestaciones por excelencia, con permiso del no menos mítico Audi RS 6 Avant y su práctica carrocería familiar.
Y esta nueva generación, que ya se encuentra en las últimas fases de desarrollo, va a suponer el mayor punto de inflexión jamás vivido por este modelo. El motivo no es otro que la introducción de una mecánica híbrida enchufable, de la que oficialmente no sabemos un solo detalle aunque no nos equivocamos en suponer que tendrá mucho en común con la empleada en el XM, el primer SUV de BMW M en emplear esta tecnología.
Antes de entrar en materia, demos un repaso a los principales hitos de la historia del BMW M5, que nació allá por 1984 con un propulsor 3.5 de seis cilindros en línea, famoso por propulsar también al legendario M1. El siguiente hito de la marca bávara estuvo en la introducción del motor V8, en la 1998, ya en la tercera generación, momento en el que comenzó a forjarse su leyenda. No obstante, el M5 por excelencia fue el E60 de 2004 con su motor 5.0 V10 con tecnología heredada de la Fórmula 1.
El primer BMW M5 híbrido superará por potencia a sus antecesores
Otro punto común en las seis generaciones ha sido la escalada de potencia. No obstante, con el M5 G90 podemos asistir al mayor incremento de la historia. Su antecesor, el F90, llegó a alcanzar los 635 CV y, si las previsiones no fallan, el nuevo M5 podría superar los 750 CV. Una cifra para nada descabellada si tenemos en cuenta que su sistema híbrido derivará del empleado en el XM Label Red, que alcanza los 748 CV.
Sea como fuere, lo que está claro es que cada vez está más cercana la fecha en la que conoceremos al nuevo BMW M5. De hecho, según las imágenes que nos han hecho llegar nuestros compañeros de SH Proshots, este modelo está recibiendo los últimos ajustes en el centro de BMW M en los alrededores del circuito de Nürburgring.
En esta ocasión, nos encontramos con que ya han retirado el camuflaje de las puertas. Las llantas tampoco parecen ser las definitivas y, pese a los vinilos, se aprecian con claridad los detalles típicos de BMW M, como los paragolpes específicos, los retrovisores aerodinámicos monobrazo. El M5 ha sido un coche que, por norma general, ha resultado discreto desde el punto de vista estético, por lo que no habrá estridencias en este sentido.
Lo mismo sucederá en el interior, que incorporará algunos elementos exclusivos como el volante o los asientos (podrán ser de varios tipos), además de algún menú específico en el cuadro de mandos y la pantalla de infoentretenimiento. Además, aparecerán algunos botones específicos para regular por separado los diferentes componentes del tren de rodaje, otro de los símbolos del M5.
En este sentido, el nuevo BMW M5 seguirá manteniendo el sistema de tracción total con la posibilidad de desconectar el eje delantero para realizar una conducción más deportiva, como también sucede en el XM. De esta forma el conductor puede elegir entre un reparto selectivo del par a las cuatro ruedas, una opción que da prioridad al eje trasero (aunque mantiene activo el delantero) y otro en el que toda la fuerza se envía detrás.
Quedan pocas semanas para que conozcamos el nuevo BMW M5, aunque su fecha su comercialización no comenzará hasta el último trimestre del año, como pronto.