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El primer coche eléctrico de Porsche cumple ¡125 años!

Hace casi 125 años, el ingenio y la creatividad de Ferdinand Porsche dejaron una marca indeleble en la historia de la automoción. Su participación en el desarrollo de vehículos eléctricos con motores en los cubos de las ruedas marcó un hito tecnológico que no solo impresionó en su época, sino que 70 años después esta tecnología incluso llego hasta la Luna.

Motores eléctricos en las ruedas delanteras

Ferdinand Porsche, que apenas tenía 24 años de edad, comenzó a construir su legado como ingeniero de automóviles al desarrollar en solo diez semanas un vehículo eléctrico para la empresa vienesa Jacob Lohner & Co. Este automóvil estaba equipado con motores eléctricos en los cubos de las ruedas delanteras, cada uno con una potencia de 2,5 CV, lo que permitía al vehículo alcanzar una velocidad máxima de 32 km/h, una proeza impresionante para la época.

Motores eléctricos en las ruedas delanteras utilizados por Porsche en 1900

Además, el coche contaba con un sistema de frenos en las cuatro ruedas, algo prácticamente inédito en 1900. Esta combinación de diseño innovador, talento técnico y un insaciable deseo de optimización definió a Porsche desde el principio de su legado.

El motor de cubo de rueda marcó un antes y un después en su carrera. Llama la atención el hecho de que esa tecnología se denominara desde el principio ‘sistema Lohner-Porsche’, ya que Porsche diseñó junto con Ludwig Lohner un sistema modular para la propulsión eléctrica y concibió el motor en tres tamaños y niveles de potencia, con hasta 12 CV por cada rueda, destinados a turismos, autobuses y camiones pesados.

El primer coche con tracción total fue Porsche

La autonomía de los vehículos con batería de plomo era de unos 50 kilómetros. Porsche también pensó en usarlo para competición, dado que las carreras de coches se estaban haciendo cada vez más populares. Así, en 1900 fabricó un vehículo de competición eléctrico con cuatro motores de cubo de rueda que ofrecían 14 CV, y lo bautizó como ‘La Toujours Contente’ (‘Siempre feliz’). Fue el primer automóvil del mundo con tracción a las cuatro ruedas.

Sobre la base del sistema modular, Porsche también desarrolló el primer coche híbrido conocido en aquel momento, el Lohner-Porsche ‘Semper Vivus’ (‘Siempre Vivo’). La idea de propulsión mixta eléctrica/gasolina surgió porque las baterías estaban dando cada vez más problemas y la infraestructura de carga era sencillamente inexistente.

En la versión de serie perfecta, denominada ‘Mixte’ (se empezó a fabricar en 1901), estos problemas se resolvieron con inteligencia haciendo que el motor frontal de cuatro cilindros funcionara como fuente de electricidad móvil mediante un generador.

Desde los bomberos hasta la Luna

En total se produjeron unos 300 vehículos basados en el ‘sistema Lohner-Porsche’. De ellos, 40 se dirigieron al Cuerpo de Bomberos de Viena y otros sirvieron como taxis o fueron adquiridos por particulares. Sin embargo, el motor de cubo de rueda pronto caería en el olvido y sería eclipsado por otros conceptos más aptos para la producción en masa.

Sistema de motor de cubo eléctrico de Porsche en un Rover Lunar

No obstante, a principios de la década de 1970 volvió a aparecer esta tecnología, y bien podría decirse que lo hizo como un cohete. En efecto, los tres vehículos lunares de la NASA, los Lunar Rover Vehicles de las misiones Apolo 15, 16 y 17, se impulsaban con motores de cubo de rueda eléctricos también gracias a la mano de obra pionera de la marca alemana. Y todo parece regresar a los orígenes, porque la estrategia actual de Porsche es ir electrificando paulatinamente su gama, como es el caso del nuevo Macan, el Taycan, el Panamera…

Porsche Macan 2025

Esto no habría sorprendido a su antiguo jefe Ludwig Lohner. Cuando se le preguntó por el diseñador en aquella Exposición Universal de 1900 en París, expresó una previsión clara: “Es un hombre con una gran carrera por delante, van a oír hablar mucho de Ferdinand Porsche”, señaló.