BMW es una de las marcas actuales que antes han apostado por la electromovilidad. La conexión eléctrica en la marca bávara está marcada por un largo recorrido. Así, ahora, conducimos un BMW eléctrico de quinta generación, representada por dos modelos en estos momentos, el iX y el i4. Dos baluartes fundamentales en la nueva era de la marca. Con el objetivo puesto en 2030, cuando la mitad de las ventas en BMW deberán ser exclusivamente modelos eléctricos.
1BMW iX xDrive40, primer escalón de la gama
El BMW iX xDrive está disponible en tres versiones, todas con dos motores y tracción total: xDrive40, xDrive50 y M60. El que probamos aquí es el más ‘humilde’, con sus 326 CV frente a los 523 y 619 CV de las variantes más potentes. Y con un precio desde 91.085 euros.
Mide 4,95 metros de longitud, 1,97 de ancho y 1,70 de alto. Y con una enorme distancia entre ejes, ¡tres metros! Un modelo que se aleja de lo cotidiano, con una imagen transgresora, que rompe con cualquier esquema de diseño tradicional. Incluso observando el ADN de la marca. Una muestra más de inspiración para los diseñadores que son los que marcan el camino diferenciador en este apartado hacia la sostenibilidad.
Una imagen acertada o no, al gusto de quien fija la mirada, pero con una marcada personalidad para un concepto también diferente. Porque sus formas lo categorizarían cerca de un monovolumen, pero BMW ha buscado la parte emocional caracterizándolo como un SUV. Y es que hablamos de segmentos muy diferentes nos fijamos en las tendencias del mercado.