BMW es una de las marcas actuales que antes han apostado por la electromovilidad. La conexión eléctrica en la marca bávara está marcada por un largo recorrido. Así, ahora, conducimos un BMW eléctrico de quinta generación, representada por dos modelos en estos momentos, el iX y el i4. Dos baluartes fundamentales en la nueva era de la marca. Con el objetivo puesto en 2030, cuando la mitad de las ventas en BMW deberán ser exclusivamente modelos eléctricos.
7Efectividad pese al peso
La suspensión del iX 40 es más sencilla que en las dos versiones más potentes, montando amortiguadores de dureza fija y muelles helicoidales en vez de neumática, que es opcional. Con un tacto algo duro, sorprende lo bien recogidos que se sienten los movimientos de la carrocería. Y cómo en los cambios de carga, al variar el giro del volante en las curvas, los movimientos verticales están totalmente controlados.
El exceso de cintura parece diluirse a ritmos elevados, con algo de penalización del confort pero que desde el volante se transforma en confianza. Y los pasajeros se sentirán bien tratados, dada su buena capacidad de bacheo para desplazarse sobre firmes irregulares, en un interior bien aislado.