Viajar de noche en un eléctrico es una experiencia única. Hacerlo con un coche como el Polestar 4 y con la excusa de ver las estrellas es todavía más especial. La marca que lleva el astro que más luce en su nombre quiere guiar hacia la movilidad eléctrica.
Como esa estrella que conforma su logotipo Polestar quiere abrir un camino diferente para llegar a la movilidad eléctrica. La firma nacida en Suecia tiene claro, incluso en su nombre –se basa en Polstjärnan, que literalmente se traduciría como ‘Estrella del Norte’ o ‘Estrella Polar– cuál es su misión: guíar hacia la movilidad eléctrica.
No hay más que ponerse al volante del nuevo Polestar 4, o mejor, de circular en sus extraordinarios asientos traseros para ver que esa estrella que se ilumina en el techo de cristal del coche es la que hay que seguir. La luz y las estrellas son importantes para la marca. Y por eso hemos querido hacer un viaje con el Polestar 4 en su busca. Porque los guiños astrológicos del coche son solo una excusa para una ruta nocturna en la que llevar a este silencioso y elegante viajero a un escenario diferente, a un lugar donde su estrella tal vez no sea la que más brille.
El Polestar 4, bajo un cielo ‘Starlight’
Y a la vista está que el Polestar 4 brilla con luz propia en las fotos que hemos tomado en Guadalajara, uno de los destinos Starlight, la fundación que “acredita aquellos espacios que poseen una excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación. Reconoce escenarios que incorporan la observación del firmamento como parte de su patrimonio natural, paisajístico, cultural o científico y fomentan, a su vez, el “Turismo de las Estrellas”. Pero que, aunque para nosotros sea el principal protagonista, queda mimetizado en el espectacular entorno de estrellas de la provincia alcarreña.
Una excusa para hacer un viaje nocturno por las carreteras del interior en absoluta calma; para disfrutar de la conducción eléctrica de otra manera. El Polestar 4 es perfecto para esto. Primero por sus virtudes como coche viajero: su potencia, su respuesta inmediata, su extraordinario confort de marcha. Segundo por su facilidad de uso a la que te acostumbras en pocos minutos al comprobar que todo está en su sitio, que todo es muy intuitivo y se maneja desde la pantalla sin tener que buscar soluciones en más sitios. O, por ejemplo, que siempre tienes a Google de tu lado como asistente. La tercera de esas virtudes para un viaje diferente es el silencio, la suavidad y delicadeza del andar del coche.
Una ruta nocturna en Polestar se convierte en una experiencia más que en un viaje. Acostumbrados al ruido o el murmullo de los motores de combustión, deslizarte con absoluta discreción es realmente diferente. Envueltos en el silencio de la noche y del entorno recorremos la ruta de los pueblos negros –Tamajón, Campillejo, Campillo de Ranas, Majaelarayo…– pueblos que se iluminan al paso de nuestro coche y sus luces con tecnología Pixel Led y la iluminación adaptativa. Con ellos, la noche es menos noche y nos permite circular y trazar las curvas con total precisión.
La iluminación hace magia en el exterior y en el interior del coche
La iluminación hacia el exterior produce seguridad: no solo para los que circulamos en el Polestar 4; también para los otros usuarios de la vía. Nuestro coche les evita deslumbramientos apagando automáticamente las zonas que puedan provocarlo a los coches que vienen de frente; y para los que vienen por detrás, la especial configuración y diseño de las luces traseras es inconfundible.
Y hacia el interior, la iluminación produce un ambiente casi mágico. Para los que viajen en los asientos traseros porque pueden seguir la ruta de la estrella polar mirando a los impresionantes cielos de Guadalajara a través de su enorme techo solar. Y para todos los ocupantes, por esa sensación tan especial que se crea al seleccionar uno de los ambientes inspirados en los nueve planetas del sistema solar.
Entonces el coche se ilumina en el interior y en el habitáculo se produce magia. Y se multiplica esa magia cuando decidimos romper el silencio del viaje seleccionando música para que nos envuelva a través del extraordinario equipo de sonido Harman Kardon que cuenta con 1.320 vatios de potencia, 12 altavoces o funciones como el modo Seat Optimised (Optimización por Asiento).
Un decorado de ‘postal’
Los denominados campos de estrellas de la provincia nos esperan para poder contemplar la Vía Láctea y las constelaciones que brillan aquí con una claridad inigualable. Cuando la oscuridad lo domina todo llega el momento de parar y colocar a nuestro coche en su entorno, rodeado de estrellas. Ahí, en este decorado al que hemos llegado de manera silenciosa, sigilosa, sostenible y cómoda, nuestro Polestar 4 se convierte en una estrella más, dispuesto a posar en un entorno tan espectacular y a disfrutar de las vistas. Lo mismo que hacemos nosotros reclinados desde el asiento trasero y mirando el cielo estrellado a través de su techo solar que comienza por detrás de nuestras cabezas y se extiende hasta la parte delantera, un techo que, además, puede contar con un sistema electrocrómico para, de día y con sol, mantener una temperatura adecuada.
Toda una experiencia el viaje nocturno por las carreteras alcarreñas, las cerradas curvas del puerto de la Quesera también nos permiten poner a prueba el excelente comportamiento y docilidad del coche pese a sus 4,8 metros de largo y sus más de dos toneladas de peso. Se mueve con gran agilidad, ofrece una frenada excelente que, además se encarga de ir recargando batería cada vez que pisamos el freno. La dirección es perfecta por lo que transmite y por su dureza.
Y puestos ya a terminar esta experiencia la rematamos con las prestaciones que los 544 caballos de potencia que desarrolla la version Long Range Dual Motor con Pack Performance del Polestar 4 nos ofrecen. Ha sido un viaje placentero y evocador. Una forma diferente de disfrutar de la conducción nocturna, mucho más especial cuando es en silencio.
Polestar 4: un coche nacido para distinguirse
El cuarto modelo de la marca quiere ser diferente. Por eso está cargado de guiños que indican una forma distinta de hacer las cosas. Su línea mezcla de coupé y SUV no tiene equivalente en el mercado. Unos los verán como deportivo y otros como crossover; pero ninguna de las dos almas de este coche se impone.
La ausencia de la luneta trasera permite licencias estéticas que si no, serían imposibles. Por ejemplo, llevar el techo solar casi hasta el final, para ofrecer la máxima luminosidad interior. O los asientos traseros reclinables que nadie hubiera imaginado nunca en un coupé. Por no hablar del techo solar líquido con tecnología electrocrómica que se opaca para evitar el sobrecalentamiento en el interior, un techo de grandes dimensiones que permite a los pasajeros traseros viajar con la vista puesta en el cielo.
Y no hablamos solo de las miradas hacia el cielo a través del techo solar reclinados en los asientos traseros. El guiño de Polestar hacia su nombre –Estrella polar– se refleja en un interior donde la iluminación ambiental o la configuración de la pantalla se inspira en el sistema solar creando un ambiente absolutamente único.