comscore

Sabores escondidos de España con Polestar. ¡Qué rico está Bilbao!

Buscamos la esencia de los sabores de verdad con ese aire moderno y cosmopolita que disfrutamos en el Polestar 2. Y esos atributos definen a Bilbao y la cocina vasca. La ciudad, transformada por completo en los últimos 25 años, ofrece los mejores productos de cercanía y de temporada en platos de restaurantes refinados, pero también en barras para comer con la mano. Bilbao es todo sabor. Y ahí nos vamos en esta segundad entrega de nuestra ruta buscando sabores con el Polestar 2.

El País Vasco ha sido, sin duda, el lugar en el que la cocina española empezó a lanzar al mundo el mensaje de que «aquí se come muy bien». Aquel movimiento que encabezaban Juan Mari Arzak y Pedro Subijana y que contaba con Karlos Argiñano, Luis Irizar o Ramón Roteta, entre otros, llamada Nueva Cocina Vasca asombró primero a Paul Bocuse, considerado el mejor chef del siglo XX, y después al mundo entero. El secreto de aquella corriente culinaria era utilizar los productos tradicionales de temporada y de proximidad para recuperar los platos de toda la vida, pero con un toque de innovación.

Esa cocina vasca supo mantener sus señas de identidad elevando las recetas a otro nivel. Por eso triunfó convirtiendo a España en referencia gastronómica en el mundo y, también por eso, cada vez que uno viaja al norte, a lugares como Bilbao, sabe que va a dejarse conquistar por el SABOR, con mayúsculas, de su cocina en cualquier rincón, en cualquier bar o en el más reconocido de los restaurantes.

Bilbao es una ciudad moderna y dinámica, como el Polestar 2

Así, nuestra segunda ruta en busca de ‘sabores escondidos’ al volante del Polestar 2 nos lleva a Bilbao, una ciudad que ha sufrido una brutal transformación convirtiendo la reconversión industrial en una revolución cultural gracias al Museo Guggenheim, auténtico dinamizador de las visitas a la urbe.

Eso para los foráneos, claro, porque Bilbao es una metrópoli moderna y dinámica, en la que la vida se mueve como en ningún otro sitio en torno al buen comer, en los bares, las tascas y los restaurantes. Todo ello, gracias a una variedad de productos del mar, la tierra y la huerta que son la envidia de cualquier zona.

Pero antes de hablar de Bilbao, hablemos del viaje. La ruta nos lleva desde Madrid, donde nuestro Polestar 2 Long Range Single Motor nos permite disfrutar de sostenibilidad y un gran confort al volante, además de garantizar practicidad y facilidad de uso, gracias al muy agradable estilo escandinavo. Porque todo está pensado en este eléctrico para ser amigable con el conductor y sus acompañantes, un coche que también nos ofrece la máxima autonomía y que, con su potencia y rendimiento–231 caballos– nos permite circular con alegría.

El trayecto con el Polestar 2 es placentero, la sensación de suavidad y confort que se experimenta al conducir un eléctrico aumenta con cada kilómetro que se recorre. También la confianza, pues desde el coche puedes planificar la ruta con recomendación de dónde parar, cuánta energía necesitas recargar o incluso, cuánto tiempo o cuánto dinero te va a costar. En este caso, casi no hace falta organizar nada, porque en un viaje que tiene la gastronomía como excusa, desplazarse de Madrid a Bilbao significa, entre otras cosas, pasar por Burgos…

Parada obligada en Burgos para cargar el Polestar… y nuestro estómago

Y ahí es de obligado cumplimiento parar en el Landa a tomar sus clásicos huevos fritos con morcilla mientras nuestro coche recarga en los puntos de alta velocidad disponibles. Si prefieres, otro de los clásicos es en Fuentespina, el área de Tudanca, donde además de cargar o tomar un refrigerio, puedes comprar las clásicas morcillas, los vinos de Ribera de Duero –la sede de la denomación de origen está en Roa de Duero, a pocos kilómetros– o dulces típicos de la zona. Con el estómago lleno y la batería de nuestro Polestar cargada, nuestro objetivo es la capital vasca. Dejamos atrás las tierras castellanas, bordeamos Vitoria –para la que necesitaríamos un viaje específico– y surcamos los valles verdes tras los que nos encontrarnos con la ciudad, escondida entre montañas, y atravesada por la ría. Acabamos de llegar y buscamos la primera imagen de Bilbao para guardar en la retina; por eso, hemos rodeado la ciudad para entrar por el norte, por el Puente de la Salve, desde el que nos saluda en primer plano el museo Guggenheim, hoy en día el icono más reconocible de la ciudad.

Una vez instalados, toca callejear. Y para ello el Polestar 2 es perfecto, no solo por un tamaño que lo hace ágil y maniobrable, sino porque entre el tráfico urbano es capaz de recuperar en cada parada la energía para seguir moviéndose y alimentando su batería. Si en el viaje, en un día de calor –por cierto, los asientos ventilados de que dispone nos mantienen frescos sin necesidad de que el climatizador trabaje a destajo– hemos registrado un consumo de 19,2 kWh, durante nuestros recorridos urbanos rozamos los 16.

Un primer paseo por el centro de Bilbao nos lleva a la zona más monumental de la ciudad. El Teatro Arriaga, la Gran Vía, la plaza Moyua… con edificios que retratan a una urbe que siempre ha sido señorial. Y a ellos se suma un hervidero cultural –algo ha tenido que ver, sin duda, el Guggenheim– que deja lugares que merecen una visita. Sin duda, el palacio de Euskalduna, que ocupa el espacio de los clásicos astilleros, y también la Alhóndiga, un centro cultural surgido de la imaginación Phillipe Starck que ha reconvertido un antiguo almacén de vino en el que la vista se pierde en las curiosas columnas que sustentan todo el edificio.

Y con nuestro Polestar 2, representante de la más avanzada tecnología, no podemos dejar de acercarnos hasta Portugalete para ver el famoso Puente Colgante, declarado Patrimonio de la Humanidad y que fue primer puente transbordador construido en el mundo de estructura metálica. Una maravilla de la ingeniería.

Motor16 Polestar Bilbao 39 Motor16

Recorrer Bilbao y sus barras repletas de pintxos

Pero Bilbao hay que pasearla y degustarla en cada rincón y el Casco Viejo es el sitio ideal para hacerlo. Los bilbaínos lo hacen a diario. El poteo te puede llevar por las siete calles a la Plaza Nueva, una de las más bonitas de la ciudad. Y todas ellas están repletas de bares con barras llenas de pintxos que invitan a disfrutar de la comida. Grandes recetas en miniatura y con un palillo para degustar los sabores de esta tierra.

Si buscamos esa fusión entre tradición y modernidad que se ha puesto de moda con los mercados gourmet, el de la Ribera debe ser parada obligatoria. Ahí, junto a la ría, barras con todo tipo de comidas, vinos y cervezas –no hay que irse de Bilbao, por cierto, sin probar el txacolí– en las que rematar una jornada en un ambiente moderno y cosmopolita.

Y si lo que quieres es un homenaje de más fundamento, la oferta de restaurantes de la ciudad es sobresaliente. Sigue leyendo porque te damos algunas recomendaciones; pero déjate llevar por tu olfato… Seguro que no fallas.

Porque Bilbao es de esos lugares donde comer mal parece imposible. Los sabores que esconde son, como promovían aquellos chefs de la Nueva Cocina Vasca, de verdad, los de toda la vida, pero con un toque moderno. Como el Polestar 2, innovador por la filosofía de la marca, pero con los valores de los coches de toda la vida.

Con estrella y sostenibles
El boom gastronómico de España empezó con Arzak o Subijana al poner el producto –de temporada y de cercanía– en el centro de todo. El punto de partida de ese concepto que ahora llamamos sostenibilidad. Es el ADN de la cocina vasca, a la que en los últimos años se han sumado una hornada de nuevos chefs que dan valor al producto y a la tierra con un halo de modernidad. Entre ellos, Eneko Atxa, uno de los 3 estrellas Michelin de la provincia de Vizcaya por su restaurante Azurmendi, en Larrabetzu, a 20 km de Bilbao. Un lugar sorprendente con un menú apoyado en la huerta del entorno. En el mismo paraje está Eneko, otro local con estrella y la misma idea de cocina, aunque con un precio más ajustado. En cualquiera de los dos podemos parar a repostar nuestro Polestar a la misma puerta e irnos con el mejor sabor de boca y la batería llena. Pero Bilbao está lleno de lugares de mesa y mantel donde conocer a través del gusto algo más de esta tierra. Nerua permite disfrutar de una cocina de autor en pleno Guggenheim, mientras el coche se carga con vistas al museo. Ola es el sello de Martín Berasategui en la ciudad. En Las Lias encontramos un gastrobar con el vino como protagonista. Mina propone cocina en vivo con los mejores alimentos de cada día. O Zapirain, un clásico llegado desde Lekeitio, donde estuvo durante más de 60 años. Y podríamos seguir; hay mucho y para todos los paladares.

Sabor con vistas
Bilbao es de salir, de ver y ser visto. Y para ver, nada mejor que las terrazas y miradores que permiten disfrutar de una ciudad que ha vivido una transformación sin precedentes en los últimos 25 años. El protagonista más llamativo de ese cambio se llama Guggenheim. Y por ahí empezamos. En la terraza del hotel Domine se puede tomar un brunch o una copa con vistas al edificio metálico de Frank Gehry y desde la torre del Palacio de Euskalduna se divisa Bilbao en 360 grados: Deusto, el Sagrado Corazón, el parque de Doña Casilda, Olabeaga, la Torre Iberdrola… mientras se disfruta de buena música o de la cerveza La Salve, un clásico de la ciudad. Por supuesto, no puede faltar la visita al Mercado de la Ribera, con sus puestos tradicionales y su mercado gourmet en la planta superior. Un edificio para admirar y desde el que disfrutar de la postal de la ría. Los atardeceres desde la terraza del hotel Ercilla, donde se puede desde tomar una copa a cenar de manera informal, son otro de los puntos obligados. Y si bajamos a la tierra, cualquier terraza de los bares de la Plaza Nueva permite admirar esta joya neoclásica mientras nos deleitamos con los pintxos que nos proponen.

No digas tapas, se dice pintxos
Esos pequeños platos, algunos de alta cocina que ahora definen la gastronomia española, nacieron, en parte aquí, en el Pais Vasco en general y en Bilbao en particular. Los pintxos son una tentación para la vista desde los mostradores de cristal de casi cualquier bar de Bilbao. Pero sin duda es en el Casco Viejo donde se establece esa competición por ofrecer una experiencia gastronómica en pequeño formato. Lo mejor es recorrer las calles para empezar a salivar en cada mostrador. Pero a modo de recomendación, estos son algunos de los imprescindibles: los mejillones rellenos de Baste, un manjar con un buen vino en la mano. En El Globo, que tiene una de las barras de pintxos más completas de Bilbao es ‘obligatorio’ el txangurro gratinado. Bodega Joserra prepara los que dicen que son los mejores bocadillos de la zona, con especial atención al de bonito con divisa.
Si buscas las mejores anchoas, en Basara, con una alegría riojana y en una rebanada de pan. De Motrike no debes salir sin probar los champiñones a la plancha: champiñón, pan y la salsa secreta. En la Plaza Nueva, corazón del Casco Viejo, está Gure Toki, que lleva a la modernidad el pintxo, con algunos memorables como la costilla de vaca elaborada el momento. En la misma plaza está Víctor Montes, uno de los bares más bonitos de Bilbao, donde la recomendación es dejarse aconsejar por la vista de una barra repleta. La Gavilla ofrece el pintxo de queso azul y tataki de buey, el Bacaioca cuenta con los mejores pintxos de chorizo al infierno. En El Eme guardan el secreto, sobre todo de la salsa, de sus triángulos o torres de pan. O entre lo más peculiar de las propuestas, la cresta de gallo confitada y servida en pan con setas de Xukela.
Pero en cualquier calle, en cualquier rincón la gastronomía bilbaina está lista para sorprenderte. Es cuestión de dejarse llevar.

Sabor de Bilbao para llevar
Si quieres recordar y disfrutar en casa algunos de los sabores de esta ruta, Bilbao cuenta con tiendas donde encontrarlos. Es el caso de López Oleaga una clásica tienda de ultramarinos que desde 1904 ofrece vinos, conservas y dulces de la zona. La viña del Ensanche es la tienda delicatessen de uno de los bares más emblemáticos de Bilbao y, además de las delicias que sirven en el bar, cuenta con un amplísimo surtido de productos gourmet. Algo similar a lo que ocurre en La Alacena de Víctor Montes donde se venden vinos, champagnes, dulces y especias. Si lo que buscas son pescados y mariscos frescos del día Nagore, en sus ocho tiendas, tiene una gran variedad de ellos, además de congelados, conservas de pescado, legumbres y verduras. Y también vinos o productos delicatessen. Y si queremos poner un toque dulce final, las Carolinas, los pasteles de arroz o los bollos de mantequilla clásicos de la ciudad los podemos encontrar en Arrese, abierta desde hace 160 años, o en Martina de Zuricalday, fundada en 1830.

Productos únicos para paladares únicos
Mar, montaña y huerta. Cómo no probar unas sardinas a la parrilla, o un bacalao al pil pil, o un marmitako, o un txangurro o, si el bolsillo lo permite, unas angulas de Aguinaga. O las kokotxas, o el chuletón –chuleta dicen aquí, como si el tamaño no importara–… Productos y elaboraciones que solo en esta zona llegan a lo más alto. Si queremos el pil pil -al que Correos quiso homenajear con un sello de su serie ‘España en 19 platos’-, en Urbieta o el restaurante Víctor, en la plaza Nueva, encontramos algunos de los más renombrados. Para el marmitako –ese guiso de pescadores donde el bonito y la patata son protagonistas– podemos ir a Pentxo, en el Casco Viejo. Las sardinas, en Santurce, las de Mandanga, el hogar del pescador, son de sobresaliente. El txangurro, ya hemos dicho que en el bar El Globo. Para las kokotxas, en Nerua, son uno de los platos estrella y también en Etxebarri, en Axpe, donde junto al chuletón son las estrellas de las parrillas de este restaurante elegido en el puesto número 4 de los 50 mejores del mundo de 2023.

Prueba el Polestar 2
Probar el Polestar 2 ya es posible en Bilbao. Para conocer las virtudes de la movilidad eléctrica que ofrece el primer modelo de la firma se puede reservar una prueba de conducción a través de la web https://www.polestar.com/es/test-drive/booking/ps2. Un test drive en el que podrás conocer todos los detalles y descubrir en primera persona el apasionante mundo del rendimiento eléctrico y la tecnología de innovación de que hace gala el primero de la familia. Entra al mundo de Polestar a través del siguiente QR.QR TEST POLESTAR BILBAO Motor16