En un ya lejano año 2008, un fabricante americano semidesconocido conocido como Tesla ponía a la venta el Roadster, un biplaza descapotable basado en el Lotus Elise que resultó todo un hito por su autonomía cercana a los 400 kilómetros. Estuvo en producción hasta 2012, aunque su producción no alcanzó las 2.500 unidades. Ese mismo año, Tesla lanzó el Model S y comenzó una historia que le ha llevado a fabricar seis millones de coches 100 % eléctricos.
Se trata de una cifra más que reseñable para una marca tan joven. De hecho, su despegue definitivo se produjo en 2017 con el lanzamiento del Model 3, reforzado a partir de 2020 con la llegada del Model Y. Este ha sido, precisamente, el protagonista de esta celebración y otro de los grandes culpables de haber llegado a esta cota; no en vano, sólo en 2023 se vendieron 1,23 millones de unidades de este SUV eléctrico.
El anuncio se produjo en la red social antes conocida como Twitter, cuyo nombre cambio a X cuando fue adquirida por el excéntrico multimillonario Elon Musk, también dueño de Tesla. En el post aparece un breve vídeo con los empleados de la factoría donde se fabricó la unidad 6 millones y un texto de agradecimiento a socios y empleados.
Los 6 millones de unidades ocultan un hecho preocupante para Tesla
Aunque la cifra sea realmente destacable en términos absolutos, visto de manera relativa saca a relucir un hecho no tan favorable. Según las previsiones y el ritmo de producción debía de haberse alcanzado al poco de comenzar el año en curso, no a finales del mes de marzo como finalmente ha sido. Esto saca a relucir que las factorías de Tesla no están operando al máximo de su capacidad de producción.
Los datos no mienten: Tesla alcanzó la cifra de cuatro millones de unidades en marzo de 2023 y, en septiembre de ese mismo año, salió de la cadena de montaje la unidad número cinco millones. Un dato que no concuerda con el aumento del ritmo productivo anunciado el mencionado hace ahora justo un año.
Dicho descenso puede deberse a muchos factores, aunque basta con observar las tendencias del mercado, con una notable desaceleración en la producción de vehículos eléctricos que ha llevado a algunos fabricantes (Ford, por ejemplo) a reducir sus objetivos de producción para no crear un exceso de stock.
También cabe recordar que durante los tres primeros trimestres del año 2023, el fabricante asentado en Austin decidió aplicar una política de precios muy agresiva, con constantes rebajas en el precio de sus modelos más populares (Model 3 y Model Y), que les ha permitido posicionarse de manera inmejorable respecto a la competencia.
De hecho, esta decisión ha desencadenado en un efecto dominó que ha llevado a muchas marcas a bajar sus tarifas para poder estar en condiciones de competir con Tesla. Uno de los casos más recientes y llamativos ha sido el de Renault, que con la llegada del Scenic E-Tech se ha visto obligado a reducir significativamente las tarifas del Megane E-Tech para poder acoplarlo en la gama con un precio de partida por debajo de los 40.000 euros. No menos reseñable es el caso del Volkswagen, que ha bajado los precios de casi toda su gama ID.
Con todo, los fríos números dirán que Tesla ha tenido su peor trimestre desde 2022, a pesar de lo cual ha experimentado un aumento del 8 por ciento en las ventas generales durante este periodo. Veremos qué tendencia sigue en los próximos meses, aunque la entrada de un fuerte competidor como BYD no debe dejar nada tranquilos a los máximos mandatarios de la marca, más aún cuando el fabricante chino se ha convertido en su máximo rival.
