La falta de cargadores es una de los principales dificultades a las que se enfrenta la electrificación. En este contexto y ante el oscuro panorama del sector en materia de cargadores, la Eurocámara quiere poner deberes a los países miembros de la UE en lo referente al número de puntos de recarga que deben ofrecer sus infraestructuras.
Directiva vinculante
En este contexto el Parlamento Europeo lleva a cabo una votación en la que pone sobre la mesa establecer unos objetivos obligatorios en materia de puntos de carga a todos los países miembros de la Unión Europea. Recordemos que actualmente España es uno de los países UE que menos puntos pone a disposición de los conductores.
En concreto, prevé establecer una cobertura mínima de la infraestructura de recarga que fija en 60 kilómetros la distancia máxima entre estaciones en ambos sentidos de la carretera. La directiva incluye también los puntos de recarga de acceso público destinados a vehículos ligeros tengan «suficiente potencia«.
Cargadores, más de medio millón en 2035
Actualmente en España hay alrededor de 16.000 puntos de recarga eléctrica distribuidos a lo largo del territorio y se calcula que, en función de distintas proyecciones sobre la evolución de la implantación de este tipo de vehículos, para 2035 serían necesarias en torno a 613.000 cargadores.
Se trata de un volumen de puntos de recarga «proporcional a las previsiones de adopción de los vehículos eléctricos ligeros» en cada país.
Cargadores, ley de proporcionalidad
Así, recoge que para cada vehículo eléctrico de batería ligero matriculado en un país miembro «se suministre una potencia disponible total de al menos un kilovatio (kW)» a través de estaciones de recarga de acceso público, mientras que para cada vehículo híbrido enchufable ligero se suministre una potencia disponible total de al menos 0,66 kW.
Según los planes concretos, el 31 de diciembre de 2025, cada grupo de recarga instalado deberá ofrecer una potencia disponible de al menos 300 kW incluyendo un cargador mínimo con una potencia disponible individual de al menos 150 kW. Objetivos ambiciosos pero dentro de lo posible.
Unos años después, a finales de 2030 cada grupo de recarga deberá tener una potencia disponible de al menos 600 kW e incluir al menos dos estaciones con una potencia individual de un mínimo de 150 kW.
La red de carga y potencia se incrementa aún más en el caso de los vehículos pesados e industriales. en este caso, el 31 de diciembre de 2025, cada electrolinera debe ofrecer una potencia de 1.400 kW con un punto de al menos 350 kW, en este caso para 2030 habla de 3.500 kW y a dos estaciones de al menos 350 kW.
También hidrogenaras
En cuanto a los vehículos que funcionen con hidrógeno, los Estados miembro velarán por que, antes de 31 de diciembre de 2030, haya instalado en su territorio un número mínimo de estaciones de repostaje de hidrógeno de acceso público.
Así, antes del 31 de diciembre de 2030 debería haber implantadas estaciones de repostaje de hidrógeno de acceso público con una capacidad mínima de dos toneladas al día y equipadas con al menos un dispensador de 700 bares, situadas a una distancia máxima de 150 kilómetros entre ellas.