La Ribeira Sacra, surcada por el río Sil, ofrece imponentes vistas los cañones del río. Incluso, en días como este, con la algodonosa niebla tapando el Sil. Ahí se cultivan las viñas -en lo que se llama viticultura heroica- que dan origen a los vinos de esta tierra, que están conquistando el mundo.