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Tras varios cambios realizados en el reglamento a principios de año, entre ellos el regreso del “efecto suelo” en los monoplazas, la presencia del porpoising u oscilación vertical durante las carreras ha obligado a la FIA a establecer nuevas normativas que controlen este fenómeno y garantizar la integridad de todos los competidores entrando en vigor para 2023.
Entre las medidas introducidas, se aumentó la elevación de los bordes de los pisos de los vehículos, será elevado 15 mm adicionales, haciendo lo mismo con la altura de la garganta del difusor, mientras que los bordes del mismo serán más rígidos. Así mismo, se añadirá un sensor adicional al piso, para monitorear la ocurrencia de estas oscilaciones y se establecerá un nuevo estándar para los aros antivuelco.
Por otro lado, a partir de 2023, la FIA monitoreará con detenimiento esta secuela del “efecto suelo”, para así introducir las modificaciones pertinentes en la rigidez de las planchas del piso del vehículo, así como de los patines bajo estos, los cuales suele ser hechos de madera.
De esta manera se espera que dichos cambios ofrezcan mayor competitividad a las escuderías, las cuales han sido largamente dominadas por Red Bull, Ferrari y Mercedes, con amplio margen de diferencia sobre la demás. De esta manera tanto aficionados como apostadores podrán tener mayor emoción en las carreras y al revisar las cuotas de las competiciones algo al que definitivamente deberíamos echar un vistazo para confirmar si los cabezas de serie conservan su posición con la inclusión de estas mejoras.
Efecto colateral
El porpoising u oscilación vertical no es un fenómeno nuevo en la Formula 1. Este surgió con la implementación del “efecto suelo” en los años 80, y nuevamente en esta temporada, con el que los vehículos conseguían mantener un mayor agarre en la pista gracia a las cargas dinámicas que sobre el vehículo se presentaban, permitiendo mantener altas velocidades en las curvas.
Sin embargo, al momento de tomar mayor velocidad en las rectas, el aire que pasa por debajo del estrecho espacio entre el vehículo y el asfalto, genera una succión mayor. Cualquier variación entre el flujo de aire y su presión bajo el monoplaza empieza a crear estas turbulencias u oscilaciones, ejerciendo mayor stress sobre el vehículo (especialmente el alerón delantero) y el conductor. En el caso de cortarse el flujo de aire las cargas dinámicas se pierden, haciendo que el vehículo corra el riesgo de voltearse. A principios de año, se hizo una renovación profunda al reglamento para aumentar las medidas de seguridad en la protección de los corredores. Esto incluyó que los vehículos ahora absorban 48 % más de energía en caso de impacto frontal y 15 % más en la parte trasera. Así mismo, se le aumentó del peso del monoplaza de 752 kg a 790 kg, la inclusión de un 10 % de etanol en la mezcla de combustible. y ajustes en las cargas aerodinámicas de los vehículos para minimizar el efecto del “aire sucio” sobre los demás