En España se producen cada año cerca de 10.000 atropellamientos de personas, la mayoría dentro del casco urbano. Pero para evitarlos, el amigo del peatón siempre ha sido el paso de cebra. Los hay de muchos tipos, se han probado hasta en versión 3D y en ciertas ocasiones se usa otro tipo de color de pintura para diferenciar a los tradicionalmente blancos. Por ejemplo, un paso de peatones amarillo para indicar obras en una zona muy próxima.
Son delimitaciones que indican una zona de tránsito peatonal en la que los conductores de vehículos deben dejar paso a los viandantes, pero esto no quiere decir que la gente pueda hacer lo que le de la gana al cruzar los miles de pasos de cebra que vemos en nuestro día a día. Hay que seguir unas normas esenciales siempre, hasta para realizar una acción tan cotidiana y básica como esta.
3El paso de peatones no está hecho para ciclistas
«¡Ciclista! Sé cívico y da ejemplo del cumplimiento de las normas». La DGT apela directamente a los ciclistas con un mensaje muy claro. El paso de peatones es para los peatones. Menudo perogrullo, ¿no? Bueno pues conviene recordarlo para esos ciclistas que pueden pensarse que toda la vía es suya. La Guardia Civil también lo recuerda. Los pasos de cebra «no están hechos para ciclistas» porque está claro que «la bicicleta es un vehículo».