Como sabrás el año 2035 pondrá el punto y final a la comercialización de los coches con motores de gasolina y diésel. Sin embargo diferentes estudios apuntan a que esto supondrá un importante aumento en las ventas de recambios, pues los dueños de estos continuarán utilizándolos a partir de esa fecha en perfecto orden de revista.
Hace solo unas pocas semanas la Comisión Europea (CE) ha lanzado un ambicioso proyecto para plantar cara al cambio climático. Entre sus diferentes premisas se encuentra la de prohibir a los fabricantes de automóviles vender turismos alimentados por gasolina, diésel o gas. Y también supone un importante varapalo para los vehículos híbridos. Eso no es algo que sucederá en mucho tiempo, porque el año 2035 está a la vuelta de la esquina. La propuesta de Bruselas se traduce en que desde ese año no se podrán vender turismos ni furgonetas que emitan dióxido de carbono. Y así se adelanta en cinco años a lo propuesto anteriormente, porque la fecha inicial era 2040.
2Los desguaces deben cambiar su modelo de negocio
El mercado de compraventa de piezas y de recambios de segunda mano va a experimentar una importante transformación. Serán los propios desguaces de vehículos los que cambien su modelo de negocio, apostando más fuerte por el reciclaje de piezas y no tanto por la chatarra que se extrae de los coches. Y es que el chatarrero ocupa a día de hoy la mayor actividad para un desguace, de forma que se desaprovecha así una importante cantidad de recambios para el mercado de segunda mano
“El sector necesita profesionalizarse y apostar más por desmontar y vender piezas de vehículos. Esto no sólo les aportará más beneficios empresariales, sino que es una manera también de promover la economía circular en el sector. El giro definitivo se producirá cuando la confianza se traslade a los talleres en las piezas de segunda mano con desguaces digitalizados y optimizados para este tipo de piezas”.