Si eres uno de esos entusiastas del carismático programa Top Gear, seguro que recuerdas una de las imágenes más famosas de toda la historia, que no es otra que la cara de Jeremy Clarkson deformada por el aire al conducir el impresionante Ariel Atom V8, una extraordinaria criatura de la que la casa británica tan solo construyó 25 unidades. De aquello han pasado trece años y ahora la última evolución de tan radical automóvil ha vuelto a pasar por las manos de los chicos de Top Gear. Concretamente por las manos de The Stig, quien ha exprimido este bólido con matricula para conseguir tiempos de auténtico infarto.
Porque si hace trece años aquel Ariel Atom V8 conseguía parar el crono en un tiempo de 1 minuto y 15,1 segundos en la legendaria pista de Dunsfold, convirtiéndose en el coche de calle más rápido al quedar por delante del Bugatti Veyron Super Sport con 1 minuto y 16,8 segundos, ahora esta versión 4R ha necesitado tan solo 1 minuto y 13,7 segundos, lo que le iguala con el tiempo conseguido por un sensacional McLaren 675LT, colocándose en la sexta posición de la famosa tabla de Top Gear a la hora de hablar de automóviles homologados para la calle.
El Ariel Atom 4R tiene el motor de un Civic Type R con 406 CV
Aunque tiene la mitad de cilindros que aquel impresionante Ariel Atom V8, lo cierto es que esta última versión bautizada con el nombre de 4R está muy cerca en cuanto a cifra de potencia se refiere. Porque si aquella criatura sorprendía con sus 500 CV de potencia, este 4R no desentona con los 406 CV de potencia y con los 500 Nm de par motor que consigue gracias al corazón 2.0 i-VTEC Turbo que pide prestado a un Honda Civic Type R… Y de paso, potenciado. Semejantes cifras llegan a sus dos ruedas traseras por medio de un cambio secuencial con 6 velocidades y tan solo tienen que mover 600 kilos de peso.
De ahí que no nos debería sorprender que este Ariel Atom 4R sea capaz de acelerar de 0 a 60 millas por hora (96 km/h) en solo 2,7 segundos, mientras que las 100 millas por hora (161 km/h) las alcanza en 6,5 segundos. Sus creadores también hablan de una velocidad máxima de 274 km/h, aunque lo mejor es su comportamiento dinámico gracias a su ligereza, a su salvaje aerodinámica y también a componentes como la suspensión o los frenos, ocultos tras unas llantas de fibra de carbono, que provienen del mundo de la competición. Aunque todo ello combinado en un vehículo extremo que luce matrícula.