Cuando los equipos que disputan las 24 Horas de Le Mans anuncian sus máquinas, también presentan un elenco de exitosos pilotos que son elegidos para conducir sus bólidos. Y es que competir 24 horas requiere de un buen puñado de pilotos, aunque no siempre fue así, ya que en 1950 este sensacional Bentley consiguió completar esta legendaria carrera de resistencia sin necesidad de tener que hacer relevos. Porque las 24 horas se las pasó conduciendo el piloto Eddie Hall, el único que ha terminado en solitario.
Aunque Hall logró esta hazaña en el año 1950, el Bentley que pilotaba contaba con casi 20 años a sus espaldas. Si bien en el año 1936 esta maravilla de la ingeniería fue debidamente actualizado por la compañía de Crewe para dejar atrás su motor de 3.5 litros en favor de un 4.25 litros y de una carrocería nueva para enfrentarse a las diferentes carreras que tenía por delante. Lo curioso es que Hall y su Bentley estaban listos ese año para disputar las 24 Horas de Le Mans, cosa que no pudo suceder por una huelga en Francia que paralizó la carrera. Hall no tuvo oportunidad de volver a La Sarthe por el parón entre los años 1939 y 1949.
En octava posición quedó Hall y su Bentley en Le Mans
Eddie Hall confió en Tom Clarke para que le acompañara a disputar las 24 Horas de Le Mans, pero jamás le llegó a dejar conducir su Bentley, completando un total de 236 vueltas al circuito de La Sarthe a una velocidad media de 134 km/h y recorriendo un total de 3.183 kilómetros. Pero lo más sorprendente de todo es que finalizara en una extraordinaria octava posición.
Ahora este extraordinario Bentley ha sido conducido por Henry Catchpole de Hagerty, quien no es capaz de entender la hazaña de Hall hace ya 73 años. Sin embargo asegura que ese Bentley es un vehículo realmente fácil de conducir para su edad, que tiene una dirección asombrosamente precisa, frenos que inspiran confianza… Y aunque el vehículo ha sido debidamente restaurado, guarda esa conexión con su pasado. Propiedad del Instituto Revs, que fue fundado por Miles Collier, sobrino de Briggs Cunningham, quien adquirió este Bentley al propio Hall y quien también llegó a disputar aquellas históricas 24 Horas de Le Mans.
