El frenazo de ventas que están sufriendo los vehículos eléctricos comienza a pasar factura a la cadena de valor del automóvil. Bosch, acaba de anunciar que va a proceder a llevar a cabo 5.500 despidos a escala global en sus divisiones de software y electromovilidad, de los cuales 3.800 se producirán en las instalaciones de la marca en Alemania. En principio no se espera que tal decisión tenga efectos sobre la plantilla de Bosch en España, donde la empresa da empleo a cerca de 8.000 personas en nuestro país.
Los despidos en la división de movilidad del Grupo Bosch se producirán entre 2026 y 2032, a fin de adaptar de manera progresiva los esfuerzos que el fabricante alemán viene realizando en el desarrollo de los vehículos eléctricos y autónomos.
Despidos programados en Bosch Alemania
Las previsiones iniciales apuntan a la supresión de 3.500 empleos en la división de software para finales de 2027, de los cuales prácticamente la mitad de los mismos se producirán en las plantas alemanas de la compañía. Además, se reducirán otros 1.300 puestos de trabajo (un tercio de la plantilla) en la planta de Schwävisch Gmünd (en el estado de Baaden Württenberg, Alemania) y de otros 750 puestos más en la planta de Bosch en Hidelsheim (Baja Sajonia, Alemania), de los cuales 600 desaparecerán antes de finales de 2026.
Se trata de “medidas difíciles, pero necesarias”, según ha argumentado el responsable del área de software para vehículos de Bosch, Stephan Hölz. Medidas que se precisan para “garantizar la competitividad de la empresa” en un momento de la industria marcado por “los recortes ante la ralentización en los procesos de transición a la movilidad autónoma y eléctrica y al estancamiento generalizado que está sufriendo la producción de vehículos” en la mayor parte de los fabricantes.
Desde Bosch España se confía en que su plantilla no se vea afectada por los recortes. Ello se debe a que en nuestro país la división de software para vehículos no cuenta con presencia, los que en principio dejaría sin efecto estas medidas que Bosch planifica llevar a cabo los próximos años. En España, las operaciones de Bosch incluyen la producción de distintos proyectos tanto en el sector de automoción (componentes y sistemas, principalmente) asi como en otros sectores de producción industrial ajenos a la automoción a los que, en principio, estos cambios no le afectarían.
Previsiones económicas a la baja
La ralentización de los proyectos en materia de conducción autónoma y eléctrica ya está siendo contemplada por Bosch en sus previsiones económicas. El fabricante tecnológico alemán ya está por ello ajustando igualmente a la baja sus previsiones económicas para el presente año 2024. En principio, anticipa que sus ventas quedarán ligeramente por debajo de los 91.600 millones que la compañía alcanzó en el ejercicio anterior (2023), pues a la ralentización en la transición a la movilidad eléctrica y autónoma que registra el mercado del automóvil, también hay que añadir los actuales desafíos que Bosch enfrenta por la debilidad de los mercados de ingeniería mecánica y automoción, situación que afecta negativamente a su cartera de pedidos.
La situación de Bosch no es nueva y pronto veremos cómo este mismo efecto comienza a extenderse a un importante volumen de productores tecnológicos del sector cuyas expectativas de desarrollo se están viendo igualmente frenadas por las bajas ventas que los nuevos vehículos eléctricos están teniendo en los distintos mercados del automóvil europeos, muy por debajo de las expectativas inicialmente planificadas.
La planificación de los despidos en Bosch coinciden en el tiempo con los que se vienen produciendo en distintas compañías de la industria alemana del automóvil. En concreto, marcas como Volkswagen, Audi y Ford ya han previsto la supresión en Europa de miles de puestos de trabajo en sus factorías en el viejo continente.
Industria europea perderá más de 25.000 empleos
Entre todas ellas, incluyendo la cancelación de empleos en Bosch, suman ya algo más de 25.000 los puestos de trabajo que se perderían en la industria de automoción en estos próximos años debido a la ralentización de los procesos relacionados con los vehículos eléctricos y autónomos debido a la caída de las ventas y la debilidad de la demanda, así como por la necesidad imperiosa de hacer frente a la competencia de las marcas chinas en su llegada al mercado europeo.
Así la pérdida de 5.500 empleos anunciada por Bosch, se sumaría a la cada vez más previsible de más de 15.000 puestos de trabajo anunciada por Volkswagen en sus plantas europeas con el fin de ahorrar 4.000 millones de euros para hacer frente a la reducción de ingresos de la compañía provocada por los malos resultados obtenidos debido a la caída de sus ventas.
Otra marca del grupo Volkswagen, Audi, añade la futura pérdida de otros 5.000 empleos en sus plantas en Alemania, una cancelación de puestos de trabajo que afectará de manera especial a sus áreas de I+D, donde se prevé la pérdida de algo más de 2.000 posiciones.
Ford, también prevé un fuerte ajuste en sus operaciones europeas, donde se plantea el despido durante estos tres próximos años de 4.000 trabajadores de sus plantas tanto de Alemania como del Reino Unido principalmente. En principio, no se prevé que esta reducción de su masa laboral afecte a la factoría de la marca del óvalo en Almussaffes (Valencia), donde la marca norteamericana alcanzó recientemente un acuerdo con sus trabajadores para llevar a cabo un plan de reestructuración de la misma que cubriría su actual oferta de empleo y producción hasta el año 2027.
También marcas orientales
Por otra parte, y más allá del alcance que pudieran tener sobre sus operaciones en Europa, también se sumaría a esta tendencia a la baja del empleo en el sector los planes que Nissan se estaría planeando acometer para reconducir sus cuentas a escala global. El fabricante japonés continúa con sus planes para corregir su situación financiera en estos próximos años.
Nissan tiene que reducir sus costes fijos en algo más de 1.800 millones de euros y los variables en otros 603 millones de euros. Dentro de esos planes se contemplaría la pérdida de 9.000 puestos de trabajo que se sumarían a los que ya se produjeron en la primera fase de recuperación de sus finanzas que la marca japonesa está acometiendo en los últimos años y que se llevó por delante la factoría que Nissan mantenía en la Zona Franca del Puerto de Barcelona. Se desconoce si la reducción de puestos afectaría a los centros operativos que mantiene en Europa, como pueden ser los de Avila y Corrales de Buelna (Cantabria) con los que aun cuenta en España.