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China se pone dura y denuncia los aranceles de Europa al coche eléctrico ante la OMC

El reciente aumento de aranceles a la importación de coches eléctricos chinos por parte de la Comisión Europea ha provocado una respuesta contundente por parte del Gobierno chino. Este artículo analiza la situación y sus implicaciones para el comercio internacional, centrándose en la queja formal presentada por Pekín ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Contexto del incremento de aranceles

El pasado lunes, el ministerio de comercio de China comunicó oficialmente su desacuerdo con la decisión de la Comisión Europea de elevar los aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos. Esta medida, que Pekín califica de «proteccionismo comercial», se enmarca en un contexto de tensiones comerciales que han ido en aumento entre la UE y el gigante asiático.

Razones del rechazo chino

Las autoridades chinas argumentan que la decisión de la UE no tiene base fáctica ni jurídica, y la consideran un abuso de medidas proteccionistas. Un portavoz del ministerio de comercio chino instó a Bruselas a corregir estas prácticas ilegales, reiterando la necesidad de salvaguardar la estabilidad de la cadena industrial mundial.

Detalles de los nuevos aranceles

En julio, la Unión Europea había ya empezado a tomar medidas, que culminaron en la publicación de una normativa que impone aranceles de hasta el 45% sobre las importaciones de coches eléctricos. Este aumento ha afectado a varios fabricantes chinos, destacando:

  • SAIC: 35.3% de arancel
  • Geely: 18.8% de arancel
  • BYD: 17% de arancel
  • Tesla: 7.8% de arancel (anteriormente 9%)
  • Resto de empresas que hayan cooperado: 20.7%

Estos aranceles se suman al 10% vigente para todas las importaciones chinas, lo que eleva considerablemente los costes de exportación para los fabricantes de ese país.

Tiempo de aplicación y posibilidades de suspensión

La nueva normativa tendrá una duración de cinco años, aunque podrá suspenderse si se llega a un acuerdo. Este detalle es crucial, ya que el «impacto final de los aranceles dependerá de las decisiones de las autoridades chinas».

Diálogo y consultas entre ambas partes

Pese a las tensiones, Bruselas ha afirmado que el diálogo técnico sigue abierto. Esto sugiere que todavía existe la posibilidad de negociar compromisos en materia de precios. Según fuentes comunitarias, si se logra un acuerdo, los aranceles podrían ser suspendidos para aquellos fabricantes que acepten las nuevas condiciones.

Rondas de consultas

En este sentido, Pekín ha informado que ambos bloques están llevando a cabo una segunda ronda de consultas técnicas para abordar las fricciones comerciales. Sin embargo, al mismo tiempo, las investigaciones de China sobre diversos productos agrícolas europeos se mantienen activas, lo que complica aún más la situación.

Implicaciones de la queja ante la OMC

La queja formalizada por Pekín ante la OMC no solo agrava la tensión existente, sino que también representa un riesgo potencial de un conflicto comercial más amplio. Esta situación afecta a intercambios comerciales que ascienden a 739.000 millones de euros entre la Unión Europea y China, una cifra significativa que muestra la magnitud de las relaciones comerciales entre ambas partes.

La reacción de la comunidad internacional

El escenario plantea interrogantes sobre cómo se desarrollará el comercio internacional en el futuro. A medida que las políticas proteccionistas se vuelven más comunes, tanto Europa como China deben sopesar las consecuencias de un futuro incierto. La comunidad internacional está observando de cerca cómo se resolverá este conflicto, ya que sus repercusiones podrían marcar el rumbo de las relaciones comerciales globales.