Aunque la última generación del sensacional Ford Mustang parece no haberse desviado en exceso de su antecesor, los chicos de la firma del óvalo azul aseguran que prácticamente nada tienen en común, sobre todo en términos de aerodinámica. Y es que los ingenieros de la casa americana han invertido más de 250 horas en el túnel del viento para garantizar que su nuevo ‘pony car’ fuera lo más eficiente posible desde el punto de vista aerodinámico. Aunque también se han centrado en el comportamiento dinámico. Y eso lo dejan claro con su salvaje versión Dark Horse.
Túnel del viento que se encuentra en las instalaciones de la compañía americana y que es capaz de simular velocidades de hasta 200 millas por hora (322 km/h), además de que mueve una cantidad de aire para llenar un dirigible no rígido de la Clase K en cuestión de cinco segundos.
Componentes especiales para el Ford Mustang Dark Horse
“Cuanto más nos acerquemos a la realidad en el laboratorio, mejor y más rápido podremos crear vehículos más eficientes energéticamente con una gran estabilidad en la carretera y en la pista”, dijo John Toth, supervisor de ingeniería del túnel de viento de Ford para América del Norte. “Probar mientras las ruedas y los neumáticos se mueven es fundamental para mejorar la aerodinámica de los vehículos listos para la pista, como el Ford Mustang Dark Horse, que tiene que equilibrar tanto la resistencia aerodinámica como la carga aerodinámica”.
Las diferentes pruebas en el túnel del viento ayudaron a optimizar la aerodinámica del Ford Mustang Dark Horse, llegando incluso a tener que desarrollar una aleta Gurney específica para esta versión, que es una placa vertical extra que se une al ala trasero para aumentar la carga aerodinámica. Pero también el alerón posterior, el splitter delantero y las llantas fueron concebidos en el túnel del viento para esta versión, que anuncian como el Mustang de 5.0 litros más propio para el circuito y para la calle de la historia.