Hace solo unos días que la Unión Europea firmaba la muerte anunciada de los motores de combustión, fechada para el año 2035. Eso significa que los conductores europeos tenemos poco más de 10 años para poder comprarnos el vehículo con motor de gasolina soñado. Si es que nuestro presupuesto nos lo permite. Sin embargo esa normativa que llega desde Bruselas tiene una segunda parte en forma de ADAS que entrará en vigor mucho antes. Y no va a gustar a muchos conductores.
Tan pronto como que llega este mismo mes de julio. Y es que afectará a todos los vehículos que sean presentados después del 22 de julio de este mismo año. Este nuevo cambio afecta de la forma que todos estos coches deberán estar equipados con la tecnología de asistencia de velocidad inteligente. Es más, este elemento deberá ser de serie en todos los coches vendidos a partir de julio de 2024, independientemente de cuándo haya sido lanzado ese modelo al mercado.
Cuatro modos de funcionamiento para este ADAS
La Unión Europea ha presentado cuatro tipos diferentes de ADAS que impiden exceder los límites de velocidad de la vía. De todos ellos los fabricantes de automóviles deben decantarse por uno, aunque hay compañías que han decidido apostar por varias alternativas.
El sistema menos molesto para el conductor es aquel en el que se emite una advertencia audible que sonará para alertar de que estamos circulando por encima del límite señalado por la vía. Esto será posible gracias a que el vehículo podrá reconocer las señales de velocidad o bien por medio de los datos del GPS. Si este sistema no fuera suficiente para el fabricante, siempre puede decantarse por un sistema mucho más disuasorio. Este consiste en enviar una vibración de advertencia al conductor como la que recibimos por medio de los sistemas de advertencia de cambio de carril o con el asistente de conducción eficiente de algunas marcas. Este último emite una vibración en el propio pedal del acelerador para que seamos conscientes de la velocidad a la que circulamos.
Este limitador/avisador de velocidad se podrá desconectar
Un paso por encima de este sistema se encuentra uno con retroalimentación háptica. Una función de estos sistemas sería el de empujar de forma activa el pedal del acelerador hacia el conductor para indicar que debemos reducir la velocidad. Y por último el sistema más disuasorio y efectivo sería el de impedir el continuar acelerando cuando el vehículo detecte que circulamos a la velocidad máxima de esa carretera.
Por suerte, todos los conductores que estén preocupados por la disminución de su capacidad para tomar sus propias decisiones cuando conduzcan, que sepan que este sistema podrá ser cancelado. Siempre y cuando desee circular por encima de los límites de velocidad permitidos por la ley. Además hay que tener en cuenta que los sistemas de reconocimiento de señales de tráfico no son infalibles. Por lo tanto tampoco hay una garantía total de que estos sistemas funcionen según lo previsto. De ahí que se puedan desconectar al antojo del conductor como ya sucede con otros sistemas de ayuda a la conducción o ADAS.
Algunos conductores, incluidos aquellos que ya son asiduos a los limitadores de velocidad que ya instalan muchos vehículos actuales, no se alarmarán de esta nueva normativa. Sin embargo hay otros que se lamentan al ver como el conductor se ve obligado a pasar a un segundo plano frente a la tecnología. Y es que queremos o no, nos estamos acercando de forma peligrosa a la conducción autónoma. Y esta no tardará en llegar.
