Deportivos, compactos, berlinas… Suelen ser las siluetas más utilizadas entre todos aquellos que construyen un vehículo para competir en drift. Y es que hay que estar realmente mal de la cabeza para crear una salvajada de la talla de este Porsche Cayenne, una máquina única en el mundo y que ha sido precisamente confeccionada de forma artesanal para ir el mayor tiempo de lado y quemando sus inmensos neumáticos traseros. Eso sí, lo puedes hacer en compañía de tus tres mejores amigos, porque tiene cuatro asientos.
Este loco proyecto arrancó cuando su dueño adquirió un Porsche Cayenne con el motor averiado. El siempre había soñado con hacerle un transplante mecánico, reemplazando su sensacional 4.2 V8 por un bloque LS, como ocurre bajo el capó del primer SUV en la historia del fabricante de alemán. Y es que ahora esconde un corazón 6.0 V8 LS2 que se ha mejorado con la introducción de un enorme compresor y un buen puñado de componentes que le ayudan a extraer un total de 530 CV de potencia, que son enviados a sus ruedas traseras por medio de un cambio que se ha pedido prestado a un BMW 335i de la generación E92.
Este Porsche Cayenne se ha creado para hacer drift en compañía
Más allá de reemplazar la mecánica, gran parte de los componentes de este Porsche Cayenne también se tuvieron que adaptar a esta disciplina. De ahí que se reemplazara la suspensión, la dirección, se ha instalado un bastidor auxiliar, unas llantas forjadas de 22 pulgadas, un poderoso equipo de frenos firmado por Wilwood… Pero curiosamente esta criatura conserva los ejes los diferenciales originales con los que salió de fábrica.
El mismísimo Larry Chen tuvo la oportunidad de ver este loco Porsche Cayenne en persona en el reciente evento Gridlife celebrado en Lime Rock Park. Como no podía ser de otra manera, quedó impresionado por los múltiples elementos que hacen a esta criatura única en el mundo. Y lo mismo ocurre en el interior, porque lejos de lo que estamos habituados a ver en un coche de drift, esta criatura cuenta con cuatro asientos, heredados de un Bentley y tapizados en cuero rojo y Alcantara negro, además de con un poderoso equipo de música para pasarlo en grande en compañía. Pero siempre de lado.