No cabe duda alguna de que las míticas TE37 se han convertido en el modelo más icónico del fabricante de llantas RAYS. Gracias a su diseño atemporal, estas llantas le sientan igual de bien a un Ford que a un Ferrari, aunque siempre que pensamos en estas llantas nos las imaginamos colocadas en algún superdeportivo japonés de la talla del Nissan GT-R Nismo. Y si alguna vez te has preguntado cómo se fabrican, ahora es la propia compañía la que nos muestra un vídeo detallando el proceso de principio a fin.
Cada una de estas RAYS TE37 comienza su vida como un cilindro de aluminio sólido. Concretamente ese cilindro está fabricado con una aleación de aluminio 6061 que además está patentada por el propio fabricante japonés, que para más inri en este 2023 está celebrando sus 50 años de historia. La fórmula secreta que se esconde detrás de ese aluminio dará como resultado una llanta de gran resistencia. Pero antes ha de ser debidamente calentada para enfrentarse a la forja que le dará forma.
RAYS ha patentado el aluminio usado en sus TE37
Este proceso consta de tres pasos y también permite ofrecer un peso muy contenido. Una vez ha recorrido esas tres forjas, estas RAYS TE37 se vuelven a calentar para dar forma a los perfiles exteriores, para posteriormente enfriarse de forma controlada, detalle que le aporta a esta llanta una gran resistencia. Pero antes de poderse montar en un coche pasan por diferentes operaciones CNC para conseguir un acabado superficial uniforme, además de para equilibrar la llanta y añadir los orificios de montaje, así como el de la válvula.
Pueden parecer operaciones simples, pero según los especialistas de RAYS, requieren de un nivel extremo de precisión. Una vez realizados todos los orificios se eliminan las posibles rebabas para también garantizar la perfecta adhesión de los revestimientos de protección ante la corrosión, así como la pintura final, que una vez aplicada se prueba a conciencia para garantizar su perfecto estado. Y de cumplir con los estándares exigidos por RAYS, esta TE37 se pule, desengrasa y recubre con polvo para aplicarle su acabado definitivo, añadiendo los detalles finales antes de llegar a manos de su afortunado propietario.