La calidad crediticia a largo plazo de los fabricantes europeos de equipos originales (OEM) se enfrenta a una cautelosa disminución. Este descenso es consecuencia de la dificultad para revertir la caída de volúmenes de ventas y un notable deterioro de la rentabilidad. A continuación, exploraremos en profundidad los factores que están impactando al sector automovilístico, así como las implicaciones para el futuro.
Retos en el sector automovilístico
Según la consultora Scope Ratings, el sector automovilístico europeo se encuentra atravesando una severa crisis. Los cambios en la gestión, las huelgas y la merma en beneficios, especialmente a finales de 2024, demuestran la magnitud de retos tanto cíclicos como estructurales que afectan a la industria.
Aunque las implicaciones crediticias a corto plazo parecen ser modestas, los riesgos a largo plazo están aumentando. Históricamente, los fabricantes europeos de automóviles se beneficiaron de la restricción de la oferta y la demanda posterior a la pandemia, lo que les permitió optimizar su mezcla de productos centrada en automóviles y camiones ligeros con mayor margen de beneficio. Sin embargo, los resultados más recientes muestran una tendencia preocupante.
Caída de márgenes y ventas
Los márgenes de beneficio operativo de los OEM europeos han mostrado una reducción significativa de hasta 6,5 puntos porcentuales en los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el período del año anterior. Esto se traduce en una disminución de ventas de aproximadamente un millón de vehículos.
La consultora advierte que si la desaceleración cíclica persiste o se intensifica, los fabricantes que no aborden los retos estructurales podrían experimentar un detrimento de sus reservas de efectivo. Esto es especialmente grave ante la inminente incertidumbre del comercio global, potencialmente afectada por una segunda presidencia de un gobierno que podría adoptar políticas más proteccionistas.
Competencia con el mercado chino
Un aspecto crucial en la evaluación de los fabricantes europeos es su capacidad para competir con modelos procedentes de China, que se están volviendo cada vez más asequibles y avanzados. En 2023, las ventas de OEM europeos en China ya mostraban un declive, y las cifras se desplomaron aún más el año anterior. Por ejemplo, Volkswagen informó una disminución del 10% en las entregas de vehículos nuevos en el periodo mencionado.
Históricamente, el mercado chino ha sido de vital importancia para las marcas europeas, compensando la madurez del sector en Europa. Sin embargo, los costos energéticos y salariales han aumentado desde 2021, mientras que la inversión en investigación y desarrollo para plataformas de vehículos innovadores ha crecido también.
Exceso de capacidad en el mercado europeo
La combinación de costos elevados y un entorno desfavorable en el mercado automovilístico europeo ha puesto de manifiesto un exceso de capacidad en la industria. La demanda de vehículos eléctricos de batería (BEV) se ha mantenido baja, y la caída en la demanda de vehículos de gasolina y diésel ha exacerbado la situación. Cabe destacar que, aunque ha surgido una fuerte demanda de vehículos híbridos, las únicas marcas que están captando mercado, como Toyota, han visto un incremento en la matriculación del 17% en un contexto global de estancamiento.
Presiones para el cierre de fábricas
Ante esta situación, los fabricantes se enfrentan a una creciente presión para cerrar fábricas y buscar aumentar su cuota de mercado en el extranjero. Volkswagen ha empezado a plantearse el cierre de ciertas instalaciones en Alemania, lo cual pone en riesgo miles de empleos. Así mismo, la empresa ha tomado decisiones estratégicas como reemplazar a su director para Norteamérica en un intento por impulsar las ventas en la región.
Impactos del mercado estadounidense
La debilidad en el mercado automovilístico estadounidense, el segundo más grande del mundo, ha influido negativamente sobre los fabricantes europeos, especialmente sobre Stellantis, que posee marcas como Chrysler y Jeep. Este grupo tiene una mayor dependencia del mercado estadounidense y europeo que del chino, lo que lo hace más vulnerable a las fluctuaciones del mercado.
En este sentido, Volkswagen y Stellantis, ambas compañías OEM con enfoque en el mercado de masas, enfrentan desafíos mayores en comparación con marcas de lujo como BMW y Mercedes-Benz, que están en una posición relativamente más robusta.
Costes de capital y reequipamiento
Como fabricantes de gran volumen, Volkswagen y Stellantis se encuentran en una encrucijada: el enorme coste de capital que supone reequipar sus fábricas para fabricar vehículos eléctricos representa un reto considerable, especialmente en un mercado donde la demanda es incierta. Scope Ratings señala que existe poca visibilidad sobre el futuro del mercado de vehículos eléctricos, lo que plantea preguntas sobre la rentabilidad y viabilidad a largo plazo de estas inversiones.