Esta fue una muy buena recomendación mientras duró. Hoy, con el paso del tiempo no solo ha perdido su efectividad, sino que además pone en evidencia un modelo de gestión agotado.
Una prueba de esto la tenemos en los datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, según los cuales un 33 por ciento de los conductores fallecidos en 2023 tenían presencia de alcohol, incluso el 22 por ciento superaba con mucho la tasa penal. De la misma forma que en el primer semestre de 2024, el 56 por ciento de los conductores implicados en accidentes, dieron positivo en alcohol. Una realidad propia de un país donde la ingesta de bebidas alcohólicas está directamente relacionada con un estilo de vida social en el que algunas personas consideran que beber y desarrollar determinadas tareas no impide ponerse al volante. Por eso, y después de anteriores intentos, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en coordinación con el director general de Tráfico, Pere Navarro, han puesto en marcha un Real Decreto que reformula el artículo 20 del Reglamento General de Circulación en el sentido de cambiar la tasa actual permitida de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, por otra que solo permite el 0,2.
Un trámite que tal y como era previsible, aprobó recientemente el Pleno del Congreso con 175 votos a favor. Así, según la nueva proposición de Ley, solo estará permitido el 0,2/l de sangre y el 0,1 mg en aire aspirado. Una medida que por ahora no entrará en vigor, ya que es necesario redactarla como proposición de Ley. En este punto, el desconcierto vino de la mano de la abstención del Partido Popular, en combinación con el no del Vox.
Nadie, y menos determinadas asociaciones, entienden que la mortalidad al volante no sea responsabilidad de todos y muy especialmente de las fuerzas políticas. Mas comprensible y lógico resultan la oposición de los hosteleros, particularmente cuando suele ser habitual que los controles de la Guardia Civil suelan colocarse en las cercanías de bares y restaurantes. En este sentido merece la pena no olvidar que según cálculos estimados por el Real Automóvil Club de España (RACE), la tasa de 0,2 gramos por litro de sangre se puede alcanzar con un peso del entorno de 70 kilos y un tercio de cerveza o 100 ml. de vino. En consecuencia, que visto que las diferentes campañas y consejos no han reducido la mortalidad, la DGT elige la mano dura y deja claro que al volante no debe consumirse nada que merme las facultades o que aleje al conductor de poner los cinco sentidos en la conducción.