La seguridad vial en zonas escolares ha sido siempre prioridad en muchas ciudades del mundo. Albany, en el estado de Nueva York, no es la excepción. Recientemente, el ayuntamiento ha decidido instalar radares de velocidad en las áreas próximas a colegios para controlar el tráfico y reducir los accidentes. La medida, aunque bien intencionada, ha provocado un volumen de multas que ha sorprendido a propios y extraños: en solo dos semanas, Albany ha registrado cerca de 13.000 sanciones por exceso de velocidad.
4El caso de las multas repetidas
Un caso llamativo en Albany es el de un conductor que, en solo dos semanas, acumuló 29 multas. Al individuo de un Toyota Corolla se le ha sancionado repetidamente en la misma área escolar, con un total de más de 1.300 €. El incidente ha servido para visibilizar no solo la falta de respeto a los límites de velocidad, sino también la de adaptación de la conducción a la normativa en zonas escolares.
Situaciones así han abierto el debate sobre la eficacia de los radares para cambiar comportamientos. Aunque los radares permiten registrar las infracciones, no parecen haber motivado a este conductor a reducir su velocidad. Este tipo de reincidencias plantean serias preguntas sobre la necesidad de combinar la tecnología con programas de concienciación vial.