Nada menos que 13.000 unidades de vehículos de varias marcas del grupo Volkswagen se encuentran a bordo de barcos, en puertos de Estados Unidos, por problemas aduaneros relacionados con una pieza fabricada en China, según ha informado recientemente la Agencia Alemana de Prensa (DPA).
Y es que tanto Audi como Porsche, pertenecientes ambas al grupo Volkswagen (VAG), utilizan piezas fabricadas por proveedores de VAG en el oeste de China, incluida la provincia de Xinjiang, que ha sido objeto de atención internacional generalizada y preocupación por los derechos humanos debido al trato del país asiático hacia la minoría musulmana uigur.
Desde hace años, activistas uigures y organizaciones de derechos humanos han estado informando de que cientos de miles de personas en Xinjiang están siendo enviadas a “campos de reeducación” contra su voluntad, y en algunos casos torturadas y obligadas a realizar trabajos forzados, acusaciones negadas por el gobierno chino.
Por todo ello, algunos países han puesto el foco en los productos y componentes fabricados en aquella región de China, cuyo comercio internacional podría ir en contra del respeto a los derechos humanos y de la legislación correspondiente.
La clave de los Volkswagen retenidos está en el respeto de China a los derechos humanos
Así, según el diario económico alemán Handelsblatt, 13.000 automóviles nuevos de las marcas Audi, Porsche y Bentley (que también es propiedad también de Volkswagen), han sido afectados por este problema. Por su parte, el diario británico Financial Times, matiza que el componente en cuestión puede infringir la legislación de Estados Unidos contra el trabajo forzoso.
Volkswagen aparentemente no tenía conocimiento del origen de la pieza, ya que había sido instalada en un componente más grande por un proveedor. Nada más enterarse del posible origen de la pieza, a través de una advertencia del proveedor, fue la propia Volkswagen la que informó a las autoridades en Estados Unidos.
el portavoz de Colkswagen explicó a DPA que “estamos aclarando los hechos y tomando medidas apropiadas. Esto puede acarrear incluso la extinción de la relación con el proveedor si nuestras investigaciones confirman violaciones graves”.
Cuarenta años de relación entre Volkswagen y Saic
Volkswagen ha sido uno de los fabricantes europeos pioneros en establecer relaciones comerciales con China y es, por tanto, uno de los más fuertemente implantados en el país asiático.
Su joint venture con el fabricante chino Saic data de 1984, y no es la primera vez que la firma alemana recibe críticas por sus actividades de fabricación en el oeste de China, ya que precisamente en la controvertida región de Xinjiang, Volkswagen opera una de sus fábricas y una pista de pruebas junto con su socio chino Saic. Además de en Xinjiang, Volkswagen tiene fábricas conjuntas con Saic en las provincias de Shanghai, Jiangsu, Zhejiang y Hunan.
Por todo ello, Volkswagen ha anunciado que hablaría con Saic sobre la dirección futura de las actividades comerciales en la provincia de Xinjiang, donde actualmente se están examinando diversos escenarios de manera intensiva, según ha manifestado la empresa.
De cara a los clientes norteamericanos, Volkswagen ha aclarado que se encuentra trabajando para corregir el retraso relacionado con la aduana en la entrega de ciertos modelos de vehículos, si bien la entrega de los vehículos continúa, aunque con posibles retrasos, según confirmó la propia empresa, que ha afirmado que el pequeño componente electrónico de la pieza en disputa se reemplazará en los vehículos afectados tan pronto como las piezas requeridas estén disponibles.
Se da la circunstancia de que la semana pasada, el gigante químico alemán Basf anunció que vendería acciones en sus dos empresas conjuntas en Korla, China, en el centro de la región de Xinjiang, tras los recientes informes de los medios de comunicación que vinculan a empresas socias chinas con posibles violaciones de derechos humanos.