Retrocedamos en el tiempo hasta el Salón Internacional del Automóvil de Estados Unidos celebrado en la ciudad de Detroit allá por enero de 1989. En aquel escenario vio la luz por vez primera en la historia el sublime Lexus LS 400, una extraordinaria berlina de representación que no solo nacía con el objetivo de plantar cara a las berlinas más lujosas del momento, sino que también significaba el nacimiento de la marca premium de Toyota.
Sin embargo, la historia del sensacional buque insignia de Lexus nació mucho antes. Concretamente en agosto de 1983, cuando Eiji Toyoda, el mandamás de la compañía nipona Toyota por aquellos momentos, se empeñó en crear un modelo de representación. Un buque insignia con el que quería plantar cara a aquellos ilustres BMW Serie 7 o Mercedes-Benz Clase S.
El Lexus LS 400 comenzó a gestarse en el año 1983
En ese mismo momento arrancó el conocido ‘F1 Project’. Y no lo confundas con la máxima competición automovilística, porque ese nombre viene de abreviar ‘Flagship’ y ‘Nº 1’. La casa japonesa no escatimó en recursos a la hora de dar forma aquel primer Lexus LS, porque en el proyecto trabajaron 60 diseñadores, 1.400 ingenieros, 2.000 técnicos, 200 trabajadores… Todo lo necesario para que a mediados de los años ‘80 ya tuvieran listos 450 prototipos, además de 900 motores que fueron debidamente testados a lo largo de más de 2,7 millones de kilómetros en las condiciones más duras y extremas del planeta para que nada quedara al azar cuando el Lexus LS se convirtiera en una realidad tangible.
Como comenzó a suceder en mayo de 1989, cuando tras ser presentado en Detroit, arrancó por fin la producción en serie del Lexus LS 400 en Japón para llegar a infinidad de mercados. Aquella berlina de representación presumía de tener un sensacional coeficiente aerodinámico a pesar de sus angulares formas, tras las que conseguía esconder la más avanzada tecnología por aquellos entonces, además de un sublime motor 4.0 V8 atmosférico, un corazón que generaba 245 CV de potencia y 350 Nm de par motor, que eran enviados a sus dos ruedas traseras por medio de un cambio automático con 4 velocidades.
La última tecnología en una berlina que nació para batir a los alemanes
Con todo aquello, el sensacional Lexus LS 400 presumía del más elevado confort de marcha, que se combinaba con una velocidad punta de 250 km/h y con un tiempo de 8,5 segundos para poder acelerar de 0 a 100 km/h. Semejantes detalles sirvieron para que este buque insignia llegado desde Japón se hiciera un hueco entre las berlinas de representación más distinguidas del momento, llegando a causar verdadero furor en Estados Unidos, donde la casa japonesa enviaba 40.000 de las 50.000 unidades del Lexus LS 400 que ensamblaba por temporada.
Aquella recién estrenada firma premium japonesa no dejó de evolucionar la primera generación de aquel sensacional Lexus LS, hasta que en el año 1992 lanzan una completa actualización que, a primera vista no parecía que introdujera más de 50 cambios a todos los niveles. Pero fue en 1994 cuando sale al mercado la segunda generación de esta berlina de representación, que seis años más tarde estrenaba su tercera generación.
La quinta generación del Lexus LS podría ser la última de la historia
La cuarta generación del Lexus LS vio la luz en el año 2006, mientras que la quinta generación y actual lo hizo en el año 2017. Bien es cierto que con el paso de los años esta sensacional berlina ha ganado puntos a todos los niveles para adaptarse a los tiempos que corren, e incluso ha apostado por la adopción de las famosas mecánicas híbridas de la compañía japonesa. Hasta el punto que esta última generación ya eliminó uno de sus símbolos desde que el Lexus LS viera la luz hace 35 años y que no es otro que el motor V8.
Puede que ese haya sido, ayudado por la menor demanda a nivel mundial de berlinas de representación, uno de los puntos de inflexión en la historia del Lexus LS, una excepcional criatura que nació para desafiar a los alemanes, pero que podría estar avocada a la extinción más pronto que tarde.