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viernes, 22 noviembre 2024

2035: fecha definitiva para la venta de coches de gasolina y diésel en Europa

Se confirma el adiós definitivo a los coches propulsados por gasolina y diésel (también se incluyen los híbridos) en Europa desde el año 2035. A partir de ese momento, solo se podrán vender modelos 100% eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno, según el acuerdo al que han llegado el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.

El acuerdo, que supondrá la prohibición de comercializar coches y furgonetas de combustión en 2035, necesita ya simplemente la formalización de los 27 países y del pleno de la Eurocámara para ser adoptado. Además, en la reunión también se aprobó llegar a un avance gradual hacia la meta de cero emisiones en 2035, con un objetivo de reducción del 55% para turismos y de 50% para las furgonetas en el año 2030 respecto a las emisiones de 2021.

Esta norma forma parte del paquete climático ‘Fit for 55’, con el que la Unión Europea quiere impulsar con el objetivo de reducir al menos en un 55% las emisiones contaminantes para 2030 respecto a 1990 y es la primera medida concreta que sale adelante. Este proyecto prevé descarbonizar la UE para 2050, lo que supondría que para esa fecha no podría circular ningún coche propulsado por gasolina o diésel en todo el territorio europeo.

Evolución de las emisiones en coches y furgonetas

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El problema de la carga del coche eléctrico

Bruselas también recibe el encargo con esta nueva normativa de realizar un informe bianual a partir de 2025 para evaluar si se está avanzando al ritmo adecuado en el conjunto de la UE hacia el objetivo vinculante de cero emisiones; un análisis que deberá también valorar el impacto de la reforma en los consumidores y en el empleo así como la evolución del mercado de vehículos de ocasión.

Por otro lado, en el control de las emisiones de los nuevos vehículos, los expertos comunitarios vigilarán la diferencia entre los valores límites de emisiones y los datos de consumo real de carburante y energía para ir ajustando las emisiones específicas medias de CO2 de los constructores a partir de 2030.

Este acuerdo se suma a la propuesta realizada la semana pasada para que Europa tenga un punto de recarga para vehículos eléctricos cada 60 km y una estación de repostaje de hidrógeno cada 100 km.

Actualmente, en la Unión Europea no solo faltan cargadores para coches eléctricos, sino que la gran mayoría de los instalados no son lo suficientemente rápidos. Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), seis países de la Unión Europea (Lituania, Grecia, Chipre, Estonia, Polonia y Letonia) no disponen de un solo cargador por cada 100 kilómetros de carretera.

España cuenta con 1,6 cargadores por cada 100 km, lo que nos coloca a la cola en la movilidad eléctrica, con los mismos puntos de carga que Irlanda o República Checa y por detrás de países como Bulgaria (2,3 cargadores por cada 100 km), Eslovaquia (2,9), Eslovenia (3,3), Malta (3,4) o nuestra vecina Francia (3,4).