Comprar un coche de segunda mano puede parecer una gran oportunidad, pero también conlleva riesgos, como el fraude en el kilometraje. Manipular el cuentakilómetros para que parezca que el vehículo tiene menos uso del real es una práctica más común de lo que debería, y los compradores desprevenidos suelen ser las principales víctimas.
El caso más reciente que ha captado la atención es el de un vehículo al que se le han rebajado nada menos que 400.000 kilómetros. Esta situación, descubierta por un perito judicial, subraya la necesidad de extremar precauciones al adquirir un coche usado.
1Cómo detectar un fraude en el kilometraje
Uno de los primeros pasos para evitar caer en este tipo de fraude es revisar detenidamente el historial del coche. Solicitar informes a entidades como la Dirección General de Tráfico o plataformas especializadas permite verificar la coherencia entre los kilómetros registrados en distintas revisiones o inspecciones técnicas.
Además, es fundamental observar el estado general del vehículo. Un coche con supuestos 80.000 kilómetros, pero que muestra un desgaste excesivo en el volante, pedales o asientos, debería levantar sospechas. Los peritos judiciales señalan que estos detalles pueden ser indicios de un uso mayor al declarado.