Es mejor prevenir que curar. Es un dicho popular que podemos aplicar a muchos ámbitos de la vida, y normalmente también tiene mucho sentido cuando hablamos de nuestro coche. Hacer el mantenimiento a tiempo para evitar averías, anticiparnos cuando vamos al volante, reducir la velocidad a tiempo para no pegar frenazos bruscos y también cuidar la carrocería para que no se oxide.
El óxido es el resultado de la corrosión, que ocurre cuando el hierro o sus aleaciones (como el acero de la carrocería) entran en contacto con el oxígeno y con la humedad. El resultado es que se debilita el metal e incluso puede provocar perforaciones si no se evita a tiempo.
Toma nota de estos consejos para evitar que tu coche se oxide
Lo mejor es que hagas un mantenimiento preventivo para que no aparezca el óxido, porque si ya ha aparecido te costará mucho más eliminarlo y en algunos casos será misión imposible. Toma nota de estos trucos:
Lava y seca el coche a menudo
¿Eres de los que lava el coche por fuera cada varios meses y cuando ya está lleno de suciedad o de barro por la lluvia? Error. El óxido, a diferencia de lo que pensamos, afecta a vehículos antiguos y nuevos, y puede aparecer si a menudo circulas por carreteras nevadas, con hielo e incluso cerca del mar.
Por tanto, el mejor consejo para evitar el óxido es mantener el coche siempre limpio, libre de polvo, de suciedad e incluso de sal o de cualquier otro producto químico de la carretera. Utiliza siempre productos específicos para el coche y sécalo con un trapo, prestando especial atención a las juntas o aquellos pliegues de difícil acceso.
Presta atención a los elementos que más se pueden desgastar
En línea con el consejo anterior, hay zonas del coche que son mucho más susceptibles a la acumulación de suciedad, como las juntas, las gomas de la puerta, los cristales, el techo solar si lo tiene… Si no están en buen estado, es posible que el agua del exterior se filtre y se acabe oxidando también algún elemento interior.
Por tanto, revisa las juntas, cámbialas si es necesario y no dejes que se desgasten demasiado.
Cuidado con donde aparcas
Sabemos que hay ciudades más húmedas que otras y que si tu coche duerme en la calle, está expuesto a lluvia, nieve y cualquier otra condición meteorológica. Sin embargo, es cierto que si está sometido a una humedad constante es más probable que se oxide.
Si es posible, mejor que lo aparques en un lugar seco y cubierto. Si no es posible o el garaje tiene demasiado polvo, entonces utiliza una funda para proteger la carrocería del coche.
Aplica tratamientos anticorrosivos
Los tratamientos anticorrosivos son otra buena manera de prevenir que aparezca el óxido. Será como aplicar una capa protectora que mantenga la pintura siempre en perfecto estado. Y volvemos a lo anterior, tampoco es necesario hacerlo cuando el óxido ya ha hecho acto de presencia, sino a modo de prevención, sobre todo si vives en lugares con mucha humedad.
Ojo a los bajos del coche
Lógicamente, el óxido va a aparecer primero en zonas como los bajos de tu coche. Al final, es la parte que está más cerca del suelo y es muy probable que aparezca. Quizá piensas que no pasa nada porque no se ve, pero no es solo una cuestión estética.
Si el metal se corroe, puede provocar pequeños agujeros o fisuras que pueden derivar en averías o problemas mecánicos graves. Por eso, si detectas una pieza oxidada, lo mejor es cambiarla o intentar que vuelva a su estado original con una lija y un tratamiento anticorrosivo.