Recientemente, se realizó el cambio horario del año, a las 3:00 a.m., los relojes se retrasaron una hora, marcando nuevamente las 2:00. Aunque para muchos significó una hora extra de descanso, este ajuste también representó un desafío para el cuerpo y la mente, especialmente en actividades sensibles como la conducción.
El principal motivo de este cambio sigue siendo el ahorro energético, adaptándonos a las horas de luz natural. Sin embargo, el cuerpo humano no siempre se adapta de forma inmediata. Muchos expertos comparan sus efectos con los del jet lag, provocando cansancio, desajustes en los ritmos circadianos y, sobre todo, una mayor sensación de fatiga en los días posteriores.
Efectos que puede provocar el cambio de hora
La Dirección General de Tráfico (DGT) advierte cada año sobre los riesgos asociados a este cambio horario. Entre los síntomas más comunes están la somnolencia, la irritabilidad y una menor capacidad de concentración, factores que pueden influir directamente en la seguridad vial. En especial, durante las primeras 48 horas, es crucial extremar las precauciones al conducir y estar atentos a cualquier signo de fatiga.
Otro aspecto preocupante es el incremento de la conducción nocturna. Con los días más cortos y el atardecer adelantado, muchos ciudadanos pasan más horas al volante en condiciones de baja visibilidad. Según el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía, conducir de noche puede reducir hasta un 70% la agudeza visual, dificultando la percepción de distancias y disminuyendo la visión periférica.
Consejos para combatir los efectos relacionados con el cambio de hora
Ante este panorama, las recomendaciones son claras: mantener una rutina de sueño estable, respetar las ocho horas de descanso cuando sea posible y seguir horarios regulares de comida. En cuanto a la conducción, la DGT sugiere disminuir la velocidad hasta en un 20%, especialmente entre las 4 y las 6 de la mañana, cuando los efectos del cambio horario se sienten con más fuerza.
El cambio de hora puede parecer un detalle menor en nuestra rutina anual, pero sus efectos tienen implicancias reales en la seguridad vial. Dormir bien, conducir con precaución y ser conscientes de nuestras limitaciones puede marcar la diferencia. Porque aunque ganemos una hora en el reloj, no vale la pena perder la atención en la carretera.