El verano trae consigo días largos y soleados, perfectos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, también es una época que pone a prueba a nuestros vehículos, enfrentándolos a temperaturas extremas y carreteras calurosas que pueden convertirse en un verdadero infierno para la mecánica del coche. En este contexto, es crucial mantener un ojo atento a las señales luminosas del tablero, esas pequeñas luces conocidas como “chivatos”, que nos avisan sobre la salud de nuestro coche.
Hace unas décadas, los coches contaban con un número limitado de luces de advertencia. Hoy, la tecnología ha avanzado significativamente, proporcionando a los conductores un abanico más amplio y detallado de indicadores luminosos y, en muchos casos, sonoros. Estos sistemas no solo alertan sobre problemas mecánicos, sino que también ofrecen información sobre el estado general del vehículo, mejorando la seguridad y el rendimiento.
A continuación, te explicamos cuáles son las luces más críticas y cómo debes actuar si se encienden para evitar que un imprevisto arruine tus vacaciones.
1Frenos: ¡Precaución máxima!
Uno de los testigos más importantes es el de los frenos. Representado por una exclamación dentro de un círculo entre paréntesis, este indicador suele encenderse cuando el freno de mano está activado. Sin embargo, si la luz permanece encendida tras liberar el freno de mano, es una señal de advertencia de que algo no va bien. Podría indicar un bajo nivel de líquido de frenos, problemas con el ABS o desgaste en las pastillas de freno. En verano, el calor puede aumentar el desgaste por fricción, por lo que es vital mantener este sistema en perfecto estado. Ignorar esta advertencia puede resultar en una pérdida de capacidad de frenado, poniendo en riesgo tu seguridad y la de tus pasajeros.