El mundo de la movilidad está cambiando a un ritmo acelerado. Ya no se trata solo de elegir entre el transporte público o el coche de combustión tradicional. Ahora, una tercera opción se ha consolidado como una alternativa no solo viable, sino crucial para el futuro de nuestras ciudades: la movilidad eléctrica. Analizamos por qué es hora de dejar aparcado tu coche de combustión y también de replantearte si el transporte público es la mejor solución. Aquí te damos cinco razones de peso para apostar por la movilidad eléctrica.
2Coste por kilómetro significativamente inferior
Si tu objetivo es reducir los gastos en el uso diario de tu vehículo, los coches eléctricos ganan la partida. No solo son más económicos en términos de «combustible» (la electricidad es más barata que la gasolina o el diésel), sino que su mantenimiento es mucho más sencillo y barato.
En cuanto al transporte público, aunque puede parecer más económico a corto plazo, es importante considerar los gastos adicionales como los abonos mensuales y las tarifas dinámicas que pueden aumentar dependiendo de la ciudad o la hora del día. Además, a largo plazo, la inversión en un vehículo eléctrico, especialmente con las subvenciones e incentivos fiscales disponibles en muchos países, acaba siendo más rentable.