¿Alguna vez te lo has planteado en tu día a día? Tu estilo de conducción puede hacer una gran diferencia en la durabilidad del embrague, y uno de los primeros consejos es practicar cambios de marcha suaves. Al conducir con calma y sin brusquedad, contribuyes en gran medida a reducir el desgaste en cada cambio. Desembraga despacio y evita los tirones.
Si bien es tentador apresurar las maniobras, hay que decir que el uso controlado del pedal al realizar cambios mejora considerablemente su rendimiento y vida útil, ayudándote a evitar reparaciones costosas. Toma buena nota a continuación.
5Ten cuidado en las cuestas
Al detenerte en una pendiente, es común intentar sostener el coche con el embrague para evitar que retroceda, pero este es uno de los errores más dañinos. Sujetar el coche únicamente con el embrague provoca un desgaste acelerado en el mecanismo, e incluso podrías terminar quemándolo. En su lugar, usa el freno de mano mientras estás detenido y suéltalo solo cuando comiences a acelerar.
Este simple hábito protege al embrague de daños graves y reduce los riesgos de accidentes, pues tu coche se mantendrá estable sin esfuerzo excesivo.