¿Alguna vez te lo has planteado en tu día a día? Tu estilo de conducción puede hacer una gran diferencia en la durabilidad del embrague, y uno de los primeros consejos es practicar cambios de marcha suaves. Al conducir con calma y sin brusquedad, contribuyes en gran medida a reducir el desgaste en cada cambio. Desembraga despacio y evita los tirones.
Si bien es tentador apresurar las maniobras, hay que decir que el uso controlado del pedal al realizar cambios mejora considerablemente su rendimiento y vida útil, ayudándote a evitar reparaciones costosas. Toma buena nota a continuación.
7Mantén un buen ritmo de revisiones del embrague
Además de modificar tus hábitos de conducción, es clave programar revisiones periódicas del sistema. La inspección regular permite detectar desgaste o problemas tempranos que, si no se abordan, pueden acabar en averías costosas o incluso en reemplazos completos. Los expertos recomiendan revisiones cada 60,000 km, aunque esta frecuencia puede variar según el tipo de coche y su uso.