Desde que Pere Navarro asumió el cargo de Director General de Tráfico en 2018, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha enfrentado una serie de problemas en la gestión de sus cuentas anuales. Estas dificultades no solo han puesto en duda la capacidad del organismo para manejar su presupuesto, sino que también han generado tensiones con el Ministerio de Hacienda. La situación se ha agravado hasta el punto de que, en 2023, las cuentas de la DGT fueron nuevamente suspendidas, generando un enfrentamiento directo con las autoridades fiscales.
4El impacto en la credibilidad de la DGT
La incapacidad de la DGT para gestionar adecuadamente su patrimonio ha impactado significativamente en su credibilidad. La percepción pública del organismo se ha visto afectada por estos escándalos financieros, que han generado un clima de desconfianza hacia la institución. La falta de acción de las autoridades para corregir estos problemas ha alimentado, además, la idea de que la DGT es una entidad poco fiable y opaca.
La pérdida de credibilidad no solo afecta a la DGT como institución, también tiene implicaciones para la seguridad vial en España. La institución se encuentra ahora en el centro de una controversia que pone en duda su capacidad para cumplir con sus responsabilidades. Si no se aplican soluciones, la reputación de la DGT, encargada de velar por la seguridad en las carreteras, podría sufrir daños irreparables.
