En España, existen carreteras que todos pagamos, aunque no las pisemos. Son los ‘peajes en la sombra’, vías financiadas con impuestos en vez de con peajes directos. El gobierno paga a las concesionarias según su tráfico; y el dinero sale de los bolsillos de todos, incluso de quienes nunca las usan. Este sistema ha generado mucha controversia en los últimos años, tanto en nuestro país como en la Unión Europea. El debate sobre cómo financiar su mantenimiento sigue sobre la mesa.
1Peajes en la sombra: cómo funcionan y quién los paga
El concepto de ‘peaje en la sombra’ surge a partir de un acuerdo entre la administración pública y empresas privadas de construcción y gestión de autopistas. En lugar de recaudar directamente de los usuarios, el gobierno paga a las concesionarias una cantidad fija por cada vehículo que transita la carretera. Ese pago sale de los impuestos generales, por lo que los contribuyentes financian estas vías sin darse cuenta, aunque no las utilicen.
El sistema se aplicó originalmente a algunas autopistas deficitarias, donde las tarifas de peaje no habrían cubierto los costos de construcción y mantenimiento. Financiando estas carreteras con impuestos, el gobierno intenta asegurar un flujo de fondos constante para la empresa concesionaria, manteniendo el servicio sin que el costo recaiga directamente sobre los conductores que circulan por estas vías.