En España, existen carreteras que todos pagamos, aunque no las pisemos. Son los ‘peajes en la sombra’, vías financiadas con impuestos en vez de con peajes directos. El gobierno paga a las concesionarias según su tráfico; y el dinero sale de los bolsillos de todos, incluso de quienes nunca las usan. Este sistema ha generado mucha controversia en los últimos años, tanto en nuestro país como en la Unión Europea. El debate sobre cómo financiar su mantenimiento sigue sobre la mesa.
5La A-21: peaje encubierto en el pirineo navarro
La A-21, conocida como la Autovía del Pirineo navarro, es otro ejemplo de carretera que funciona bajo peaje encubierto. Esencial para el tráfico de la región, su mantenimiento se financia con los impuestos recaudados, nuevamente con pagos a la concesionaria en función del volumen de tráfico.
Esta autovía cumple una doble función: es una vía de transporte regional clave y, a su vez, un enlace turístico importante hacia los Pirineos. Pero el hecho de que su financiamiento dependa de impuestos indirectos genera opiniones encontradas, sobre todo entre los habitantes que no la utilizan, pero que también aportan para su mantenimiento.
