En una época donde la movilidad es clave en nuestras vidas, mantener nuestro vehículo en un estado óptimo es más que una necesidad, es una responsabilidad con la seguridad vial y el medio ambiente. Ahondar en las causas y soluciones de las averías que pueden comprometer el corazón de nuestro coche, el motor de gasolina, es un ejercicio de prevención y conocimiento necesario para todo conductor.
Hoy desglosaremos las 8 averías más comunes que pueden afectar al motor de gasolina de tu coche, con el fin de brindarte una guía clara sobre cómo identificarlas y qué medidas tomar.
PROBLEMAS DE ENCENDIDO: ¿POR QUÉ NO ARRANCA MI COCHE?
El motor de un vehículo es un conjunto complejo y delicado, donde una pieza fuera de lugar puede causar que no arranque. Entre los problemas más habituales podemos encontrar las bujías o los cables de bujías en mal estado, que impiden una correcta generación de chispa para la combustión. También es común que la avería se deba a una batería débil o al alternador, que no carga adecuadamente la batería. Si el motor gira pero no arranca, es posible que el problema esté en el sistema de combustible o en un sensor defectuoso que no permite la correcta sincronización de la mezcla aire-combustible.
Al enfrentarte con un coche que no arranca, lo primero es realizar una revisión visual rápida: comprobar si hay luz en el tablero cuando se intenta arrancar el motor o si escuchamos el motor de arranque girar. Tras descartar problemas sencillos como una posible llave desprogramada, se debe proceder a una inspección más exhaustiva de los componentes eléctricos y electrónicos, así como del sistema de alimentación de combustible. En este punto, se hace indispensable contar con un diagnóstico profesional.
EL TERROR DE EL SOBRECALENTAMIENTO: CUIDA TU RADIADOR
El motor de gasolina genera una gran cantidad de calor durante su funcionamiento. La sobrecalentamiento puede provocar graves daños si no es atendida a tiempo, pudiendo llegar hasta el punto de deformar piezas del motor. El sistema de enfriamiento es vital para mantener la temperatura bajo control, y fallas en el mismo, como fugas en el radiador, bomba de agua deficiente o termostato atascado, son causantes habituales de este problema.
El uso de anticongelante de calidad y en la proporción adecuada es crucial para evitar la corrosión y la formación de sedimentos. Cuando un motor se sobrecalienta, es vital detener el vehículo tan pronto como sea posible y dejar que se enfríe antes de intentar cualquier reparación. Nunca se debe abrir el capó inmediatamente o quitar el tapón del radiador si el motor está caliente, ya que podrían producirse quemaduras graves por la expulsión de vapor o líquido hirviendo.
FALLOS DE LOS INYECTORES: LA DOSIFICACIÓN PERFECTA
Los inyectores tienen una misión fundamental: dosificar con precisión el combustible que se introduce en la cámara de combustión. Un inyector obstruido o dañado puede causar una disminución del rendimiento, un aumento del consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes por encima de lo permitido. Este componente, aunque robusto, puede verse afectado por la calidad del combustible o por partículas que logran pasar el filtro de combustible.
Realizar mantenimientos preventivos como la limpieza de inyectores o el cambio del filtro de combustible puede evitar sorpresas desagradables y asegurar una mejora en el rendimiento del motor. Además, prestar atención a señales como pérdida de potencia, problemas en el arranque o inestabilidad en el ralentí pueden ser indicativos de que los inyectores requieren una revisión. Este tipo de fallos suele requerir de aparatos de diagnóstico electrónico para ser detectados y cuantificados con exactitud.
ACEITE: LA SANGRE VITAL DEL MOTOR, ADEMÁS DE LA GASOLINA
Uno de los componentes más importantes en el mantenimiento de un motor de gasolina es, sin duda, el aceite. Este fluido cumple con la doble función de lubricar y refrigerar las partes móviles del motor, reduciendo la fricción y el desgaste. Un nivel inadecuado de aceite, tanto por exceso como por defecto, puede provocar un funcionamiento incorrecto y dañar seriamente el motor. El uso de un aceite de mala calidad o no adecuado a las especificaciones del fabricante puede acelerar la degradación de los componentes del motor.
Cambiar el aceite y el filtro en los intervalos recomendados por el fabricante es crucial para la longevidad del motor. Ignorar los cambios de aceite puede resultar en la acumulación de partículas y sedimentos que obstruyen el filtro y restringen el flujo, lo que puede llevar a una falla catastrófica del motor. Además, estar atentos a posibles fugas de aceite y asegurarse de que el aceite mantenga su nivel y sus propiedades es parte de una buena praxis preventiva.
EL DESGASTE MECÁNICO: ENEMIGO SILENCIOSO
A medida que el motor acumula kilómetros, el desgaste mecánico se convierte en su enemigo silencioso. Con el tiempo, componentes críticos como anillos de pistón, válvulas, árboles de levas y rodamientos pueden sufrir un desgaste excesivo. Este deterioro provoca una menor compresión, fugas de aceite, y finalmente, una reducción del rendimiento del motor. Una señal evidente de desgaste interno es la presencia de humo azul en el escape, indicando que el aceite se está quemando dentro de la cámara de combustión.
Aunque el desgaste es inevitable, una conducción adecuada y un mantenimiento regular pueden prolongar la vida útil del motor. Evitar revoluciones demasiado altas durante la conducción, especialmente en motores fríos, y realizar calentamientos graduales, puede ser beneficioso para minimizar el desgaste mecánico.
EL SISTEMA ELÉCTRICO Y ELECTRÓNICO: DETECTANDO FALLOS OCULTOS
Con la modernización de los vehículos, el sistema eléctrico y electrónico se ha vuelto cada vez más relevante en el funcionamiento del motor de gasolina. Sensores, actuadores, módulos de control y toda una gama de componentes electrónicos trabajan en conjunto para un funcionamiento óptimo. Un fallo en el sistema de ignición electrónico o en los sensores del motor puede tener como resultado un mal funcionamiento que a menudo es difícil de diagnosticar sin herramientas especializadas.
El uso de un escáner OBD (On-Board Diagnostics) para leer los códigos de error del sistema electrónico puede ofrecer pistas valiosas sobre los problemas subyacentes. Los diagnósticos precisos evitan reparaciones innecesarias y permiten centrarse en la solución específica que necesita el vehículo. La electrónica del coche es sensible, por lo que incluso un voltaje errático debido a una batería defectuosa o alternador puede provocar alertas y fallos en cadena.
