Comprar un coche es una de las decisiones más importantes y emocionantes en la vida de muchas personas. Sin embargo, cuando se trata de elegir entre un coche nuevo y uno de segunda mano, la opción más sensata podría ser evitar los recién salidos de fábrica. Aunque un coche nuevo brilla con su olor a fresco y su pintura impecable, a menudo conlleva más dolores de cabeza financieros que beneficios reales. A continuación, te presentamos ocho razones clave por las que nunca deberías comprarte un coche nuevo.
3Menos impuestos y gastos administrativos
Comprar un coche nuevo no solo es caro por su precio de etiqueta, sino también por los impuestos y los costes adicionales que conlleva. En España, un coche nuevo está gravado con el 21% de IVA más el impuesto de matriculación, lo que puede añadir miles de euros a la factura final. En cambio, si optas por un coche de segunda mano, solo tendrás que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que oscila entre el 3% y el 8% del valor del vehículo, dependiendo de la comunidad autónoma. Sin mencionar que los gastos de matriculación ya están cubiertos.