Más de 6,5 millones de coches en España tienen, al menos, un accesorio aftermarket instalado en su interior, y estos accesorios, que están sumidos en un vacío legal, no disponen de ningún control de seguridad obligatorio por parte de las Administraciones Públicas.
El mercado posventa de accesorios abarca, desde los obligados sistemas de SRI, pasando por las ADAS, hasta los simples accesorios de organización de objetos o los detalles de ornamentación, que imitan logotipos de marcas de coches.
1Sin ser obligatorios, son necesarios
Estos accesorios reciben el nombre de aftermarket, ya que se adquieren con posterioridad a la compra del vehiculo, y este concepto engloba a todos aquellos elementos ajenos al coche o al Sistema de Retención Infantil (SRI) que se encuentran dentro del habitáculo y que no tienen una función decorativa, como por ejemplo los soportes de todo tipo de dispositivos electrónicos, cinturones de seguridad de embarazadas, elementos de almacenamiento, etc.
En España no hay una normativa que contemple a este tipo de productos, lo que los deja sumidos en un completo «vacío legal”. El hecho de que no exista un protocolo específico hace que un accesorio aftermaket no tenga una homologación ni siquiera un certificado de seguridad común.