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Los fabricantes de vehículos eléctricos reclaman a la UE acelerar la implantación de puntos de carga

Para 2030, Europa espera que el 50 por ciento de los vehículos que se vendan en los distintos mercados europeos serán eléctricos y eléctricos enchufables. Desde la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) han realizado los cálculos necesarios para poder dar servicio de recarga eléctrica a semejantes volúmenes de VE y PHEV comercializados hasta entonces y el resultado es que el parque europeo de vehículos con estas tecnologías precisará de hasta 60 millones de puntos de carga en 2030 para facilitar la movilidad eléctrica existente para entonces.

60 millones de puntos de carga para 2030

Los 60 millones depuntos de carga que ACEA prevé que la demanda exigirá en 2030 están muy lejos de las previsionesque, hasta la fecha, se han venido calculando por parte de las autoridades europeas en sus planes de transición tecnológica, que hasta la fecha contemplan la implantación de 3 millones de puntos de carga públicos para esa misma fecha, cifras completamente alejadas de la realidad que el mercado exigirá.

Y llegamos nuevamente al punto crítico. Mientras las autoridades europeassiguen insistiendo en la necesidad de efectuar una transición tecnológica en la industria de automoción que permita obtener menores índices de contaminación en las ciudades gracias a la eliminación de las emisiones contaminantes de los automóviles, la industria de automoción les indica que la transición tecnológica es posible, aunque no a la velocidad que los políticos plantean.

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Los objetivos para 2050 son inalcanzables

Según ACEA, «el objetivo de la UE de neutralidad climática para 2050 no se puede alcanzar sin introducir medidas ambiciosas para reducir la dependencia del transporte de los combustibles fósiles», ha señalado la asociación de constructores en un reciente comunicado, donde también comenta que alcanzar los objetivos climáticos requerirá «al menos 30 millones de vehículos cero emisiones circulando en 2030».

Y para alcanzar tales objetivos, la UE planea endurecer este próximo verano los estándares de emisiones contaminantes para automóviles ycamionetas, mientras que para los camiones estas normativas se implementarían un año más tarde. Según la UE, las nuevas normativas deberían garantizar que «sólo se comercializarán vehículos de bajas emisiones«. En 2025 entrará en vigor la Euro7, que forzará a los fabricantes a cumplir con requerimientos aún más drásticos, con unas medias de emisiones tan reducidas que los fabricantes prácticamente sólo deberán vender híbridos enchufables o eléctricos para poder cumplirlas.

Para 2030, el objetivo es reducir en un 55 por ciento las emisiones de CO2. Para ello se prevé un parque de 30 millones de vehículos eléctricos cero emisiones circulando y de 80.000 camiones limpios (ya sean degas o eléctricos). Esos mismos planes contemplan la instalación de tres millones de puntos de recarga públicos para 2030, un millón de los cuales debería estar listo en 2025. En 2019 apenas había 200.000 en toda Europa, el 75 por ciento de los cuales se concentra en apenas cuatro estados de la unión. La idea es vender una media de casi 3 millones de unidades eléctricas cada año hasta 2030.

20.000 millones de euros de inversion

Para financiar los cargadores necesarios, Europa precisa invertir 20.000 millones de euros durante estos próximos 10 años, el equivalente al 3 por ciento del actual gasto anual de la UE en infraestructuras viales.

A juicio de ACEA, la revisión del reglamento no debería incluir ningún cambio en los objetivos medioambientales para 2025, ya que para las empresas del sector será imposible disponer de tiempo para adaptar sus tecnologías y poder alcanzar las nuevas metas. «Simplemente, no es posible cambiar ningun parámetro técnico de los vehículos tan tarde, si esos modelos tienen que estar listos en el mercado para 2025», indica ACEA. Aún así, la asociación se muestra abierta a endurecer los objetivos de emisiones para 2030,siempreque tanto las autoridades europeas como los estados miembros se comprometan en su totalidad a acelerar e intensificar el despliegue de puntos de carga eléctricos.

Que cada fabricante pueda elegir su tecnología

Según las estimaciones de ACEA, si se pretende reducir un 50 por ciento las emisiones para 2030 con los vehículos eléctricos representando el 50 por ciento del total de matriculaciones, se precisan más de 60 millones de puntos de carga públicos, cifra que que está muy por encima de las previstas por las autoridades pólíticas de la UE en sus planteamientos.

En todo caso, segúnACEA, la UE debería permitir a cada fabricante de automóviles elegir la tecnología que prefiera a la hora de reducir sus emisiones, «para minimizar las distorsiones competitivas» que el actual proceso va a terminar produciendo.