A la DGT no le faltan detractores. Muchos conductores cuestionan el abusivo uso de los radares, o la discreción a la hora de poner algunas multas. Esto es algo habitual, ya que son los propios conductores los que sufren las multas. Sin embargo, han llegado nuevas críticas del lugar más insospechado.
Guardias civiles han denunciado que la Dirección General de Tráfico, priorice el afán recaudatorio a la hora de comprar y poner nuevos radares, en vez de cubrir las vacantes existentes en la Agrupación de Tráfico. La polémica está servida.