Los Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (ADAS) han revolucionado la seguridad vial. Gracias a ellos, podemos evitar muchas situaciones de riesgo, desde colisiones hasta salidas involuntarias del carril. Sin embargo, no siempre tenemos en cuenta un aspecto crucial: su correcto funcionamiento. Un fallo en estas ayudas puede ser tan peligroso como no tenerlas.
El problema es que muchos conductores aún desconocen cómo verificar si el sistema está operando según lo previsto. ¿Cómo asegurarnos de que nuestro coche nos está protegiendo? En este artículo, te contamos la prueba de fuego para saber si tus ADAS gozan de buena salud y qué factores pueden afectar su rendimiento.
1Los ADAS: cada vez más presentes, pero no infalibles
Según los datos más recientes, un 44% de los vehículos en circulación cuenta con al menos un sistema ADAS, siendo el de ayuda al aparcamiento el más común. Desde 2024, todos los coches de nueva matriculación deben incorporar hasta diez ADAS obligatorios, como la frenada de emergencia, el mantenimiento de carril y el reconocimiento de señales de tráfico.
Estas soluciones tecnológicas han supuesto un gran avance en seguridad vial, reduciendo accidentes y facilitando la conducción. Sin embargo, confiar ciegamente en ellas sin verificar su funcionamiento puede ser un grave error. Las tecnologías de asistencia al conductor pueden fallar debido a golpes, suciedad en los sensores o errores en la calibración, lo que hace imprescindible un control periódico.