Cada vez son más los sistemas de ayuda a la conducción (ADAS, Advanced Driver Assistance Systems) que incorporan los vehículos.
Sin embargo, estos sistemas aún deben resolver muchas incógnitas. Una de ellas, muy importante, es la desconfianza de los usuarios. No en vano, a pesar de su efectividad demostrada, hay quienes los apagan cada vez que arrancan el coche. Así lo pone de manifiesto un estudio de Erie Insurance, una aseguradora norteamericana, que destaca que las personas apagan los ADAS, principalmente, porque los encuentran molestos o incluso llegan a distraer.
En este sentido, casi un tercio (30 %) de los conductores que poseen un vehículo con control de crucero adaptativo apagan esta función porque quieren sentirse con el control del vehículo. A continuación, el sistema que más se desconecta es el sistema de mantenimiento de carril, y el 25 % de los conductores admiten que su actuación resulta desagradable al “luchar” contra el volante.
2El coche recoja sensaciones que interpreta y administra
Los sistemas más conocidos son: Sistema de frenado autónomo de emergencia, sistemas de visión nocturna, control adaptativo de velocidad de crucero, Telecámara de 360º, detección de puntos ciegos, aviso de colisión posterior, aparcamiento asistido y reconocimiento de señales de carretera.
Cuando un vehículo sufre un siniestro, estos sistemas se ven afectados negativamente, por lo que tras la reparación es imprescindible su calibración con la maquinaria adecuada. De no ser así, perderían su efectividad, con el consiguiente riesgo para el conductor, para el resto de pasajeros y para los otros vehículos que circulen.
Hablar de los Sistemas Adas, es referirnos a sensores, radares y cámaras que controlan el entorno del vehículo para hacer de su conducción una experiencia más segura. Por esa razón, tras una reparación es necesario calibrar todos estos sistemas. De no hacerlo, estas medidas de seguridad quedan inutilizadas.
