Los Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, popularmente conocidos como ADAS, se han convertido en elementos omnipresentes en el paisaje automovilístico español. Su misión primordial es mejorar la seguridad tanto del conductor como de los pasajeros, mediante la prevención o la minimización de las consecuencias de los accidentes. Según datos de GIPA, aproximadamente el 43% de los vehículos en España están equipados con algún tipo de sistema de ayuda a la conducción.
No obstante, más allá de la mera adopción de estas tecnologías, es crucial garantizar su correcto funcionamiento. Norauto, una destacada cadena de mantenimiento integral del automóvil, subraya la importancia de la diagnosis electrónica para detectar posibles fallos en estos sistemas. Por consiguiente, se recomienda realizar revisiones periódicas para asegurar su eficacia.
2Globalización de la ADAS
Esta normativa, impulsada por la Unión Europea, tiene como objetivo mejorar la seguridad vial y reducir la incidencia de accidentes de tráfico. Se basa en la premisa de que la tecnología puede desempeñar un papel crucial en la prevención de colisiones y la protección de los ocupantes de los vehículos, así como de otros usuarios de la vía.
Sin embargo, la obligación de incorporar sistemas ADAS no se limita únicamente a Europa. Otros países y regiones, como Estados Unidos, Japón y China, también están implementando normativas similares o incluso más estrictas en cuanto a la inclusión de estas tecnologías en los vehículos nuevos.