El mantenimiento de un coche eléctrico es más barato que los de motor de combustión interna, un diésel o un gasolina. O que cualquier híbrido.
3El motor eléctrico es más sencillo
Comparado con el motor de combustión interna, éste resulta mucho más complejo. Está compuesto por piezas sometidas a un mayor rozamiento, desgaste y sometidas a temperaturas mucho más elevadas, con numerosos circuitos internos. Piezas que requieren sistemas específicos para su engrase, refrigeración, encendido, con la complejidad de la combustión y la expulsión de los gases.
La propulsión eléctrica es mucho más sencilla. Un sistema eléctrico básicamente está constituido por un rotor, un estátor, un soporte, cojinetes y unas tapas de cierre, además de la batería que lo alimenta. Piezas, la mayoría, que no están sujetas a desgaste ni sometidas a temperaturas elevadas.
Por ello, el mantenimiento de un coche eléctrico es mucho más sencillo. No necesita apoyarse en otros sistemas periféricos para completar su funcionamiento.
El coche eléctrico necesita un mantenimiento y un menor número de revisiones, y está expuesto a menos averías y de menor complejidad. Los habituales cambios de aceite, líquidos refrigerantes, filtros o bujías no existen en el coche eléctrico.
Tampoco hay que controlar el fluido hidráulico de su sistema de transmisión y sustituirlo. Prescinde de cajas de cambios, utilizando un sencillo sistema de engranajes que transmiten el par a las ruedas. Cuenta con una sola marcha fija para avanzar. Mientras para maniobrar hacia atrás, simplemente se invierte la polaridad del motor eléctrico desde el selector del cambio.