Infiniti comienza a vender en España su Q30, un compacto construido sobre la base del Mercedes Clase A y con el que comparte muchos elementos mecánicos. El objetivo de la marca japonesa perteneciente a la Alianza Nissan-Renault es el de robar el mayor número de ventas a sus rivales en las tres marcas premium alemanas. Y tras probar el modelo en las situaciones más extremas de orografía y adherencia, el Q30 tiene muchas posibilidades de hacerse un hueco en ese mundo tan hermético y exclusivo.
Fabricado en el Reino Unido para toda Europa con unos estándares de calidad en línea con los ofrecidos en el resto de la gama, el Q30 nace con vocación de coche exclusivo pero con todos los ingredientes para asegurar la practicidad, la seguridad, la diversión y la economía de consumo. La carta de presentación del compacto de Infiniti no puede ser más impecable: coche más seguro del mundo en su segmento según EuroNCAP, consumos medios que parten de los 3,9 l/100 km, una altura libre al suelo de 17,3 centímetros con muchas ventajas y muy pocos inconvenientes, y un precio de salida para la versión diésel más recomendable de tan solo 23.900 euros aplicando todos los descuentos, incluido el PIVE y financiando con la marca.
Pero ahí no queda la cosa ya que al Q30 una empresa especializada le ha adjudicado un valor residual a tres años un punto mejor que dos de las marcas de la competencia, una clara muestra de la fuerza con la que Infiniti entra en el segmento compacto de clase premium.
Cuatro niveles de acabado
El Q30 se vende ya en base a cuatro niveles de acabado: básico, Premium, Premium Tech y Sport. Estará disponible con cinco motores, tres de gasolina con 122, 156 y 211 caballos y dos diésel de 109 y 170 caballos. Además, todos pueden asociarse a un cambio automático de doble embrague DCT por 1.400 euros (de serie en los 2.0t y en todos los 2.2d). El 2.0t Sport lleva tracción total de serie y el 2.2d, puede llevar este sistema de forma opcional.
Una de las señas de identidad del nuevo Q30 es su altura libre al suelo que se ha fijado en nada menos que 17,3 centímetros (14,3 en la versión Sport), una cifra bastante generosa similar a la de un todocamino como puede ser el BMW X1 y un centímetro mayor que la de la versión con el paquete ?off road? del Mercedes GLA. Y todo ello a sabiendas de que en junio llegará la versión QX30 con 30 mm más de altura libre al suelo y una estética más todocamino.
Pero en Infiniti han medido bien sus pasos y con buen criterio han combinado esa mayor altura, con claros beneficios en la accesibilidad al coche y en su facilidad para superar obstáculos, con una excelente puesta a punto de la suspensión que elimina de raíz los problemas relacionados habitualmente con esas cotas, como el balanceo de la carrocería, asegurando un aplomo sobresaliente y sin perjudicar la comodidad.
Sorprenden los motores diésel
De hecho, al chasis del Q30 se le nota sobrado con el motor 1.5 dCi de 109 caballos y hace buen equipo incluso con la versión diésel de 170 caballos, pero también es cierto que la tracción total de serie le viene que ni pintada al Q30 más deportivo con 211 caballos. En cualquier caso, la sorpresa nos la hemos llevado con los dos propulsores diésel. El 1.5 dCi de 109 caballos porque mueve el conjunto de maravilla, incluso con tres ocupantes adultos y su equipaje, y con una excelente relación entre prestaciones y consumos ya que homologa un gasto medio de sólo 3,9 l/100 km. Sí que se aprecia un desarrollo de 6ª algo exagerado previsto para lograr estos resultados y que recomendamos utilizar solo cuando se llanea a velocidad estabilizada por autovía o autopista.
Pero el resultado global nos lleva a recomendar este propulsor por encima del 2.2 dCi que cuesta 3.100 euros más. Este propulsor diésel más potente también nos ha sorprendido porque los ingenieros de Infiniti han trabajado a conciencia para eliminar la sonoridad y las vibraciones que le sobraban. Y todas las versiones dotadas de este motor están asociadas a un cambio automático de doble embrague de funcionamiento suave y rápido.