El actual Kia Sportage ya está dentro del TOP-3 de las ventas de la categoría SUV. ¿Conseguirá mantenerse su sucesor en ese privilegiado podio, siendo, como es, bastante mejor que el modelo al que sustituye? La respuesta no es sencilla: el Renaut Kadjar gana velocidad de crucero, el Volkswagen Tiguan se renueva, Seat entra en juego… por no citar más que 3 de sus rivales. Pero con eso ya contaban.
Kia ha acertado en casi todo para seguir ofreciendo un producto competitivo frente a sus rivales. Quizá lo más logrado a primera vista sea su estilo exterior, perfeccionando un concepto diferenciador dentro de una categoría cada vez más poblada, beneficiándose al mismo tiempo de unas medidas creciente (pero sin superar los 4,5 m de longitud) que le dan más espacio interior y más anchura de vías. Estéticamente, el nuevo Sportage tiene más impacto visual y mayor cuidado en la ejecución de los detalles.
Muy práctico en el interior
Interiormente, los aspectos prácticos siguen mejorando, ganando unos milímetros aquí y allá, con un asiento trasero cuyo respaldo puede ser regulable 7 pasos en inclinación, y que una vez abatido presenta una plataforma de carga totalmente plana, también con algo más de altura libre y 26 litros adicionales de volumen en maletero. Muy capaz en su conjunto.
A nivel de estilo interior, la cuestión va en gustos. De entrada, impresiona: cuadro de instrumentos bien visible y con indicaciones de navegación incluidas, pantalla central a buena altura, de 7 u 8 pulgadas, mandos de climatización numerosos pero claros, plásticos espumados en la parte superior. Sin embargo, el diseño en su conjunto no está tan logrado, le falta un toque de modernidad para dar el salto definitivo.
En marcha, se nota más calidad
Al volante del nuevo Sportage es donde se percibe una mayor ganancia de calidad del producto. Confort de asientos, visibilidad, precisión de la dirección, agilidad en carretera de montaña… En conjunto, ofrece un buen nivel para desenvolverse con comodidad y seguridad.
La plataforma ha variado por completo: 2.670 mm de distancia entre ejes (+ 3 cm), mayor anchura de vías, anclajes de suspensiones, dirección… Y si nos referimos a la estructura, el uso de aceros estampados en caliente o de alta resistencia (51 por ciento del total del bastidor frente a 18 por ciento en el modelo anterior), y la generalización de cordón adhesivo, han permitido mejorar la rigidez estructural en un ¡39 por ciento!
Mecánicamente, los motores diésel incrementan la entrega y el valor de par con menores (1.7) o mayores (2.0) evoluciones; en gasolina, destaca la nueva versión 1.6 TGDI 177 CV 4×4 y cambio de doble embrague (mejor que el de convertidor de los diésel 2.0). Pero donde todavía hay margen de mejora es en la suavidad de funcionamiento del motor diésel 1.7 CRDi, que es precisamente el caballo de batalla de la gama, y que no alcanza el refinamiento de los últimos diésel 1.6 lanzados por Renault y Opel.
Espectacular resulta la dotación ofrecida por Kia en el Sportage, con todo lo que se necesite según niveles de equipamiento: desde el lector de límites de velocidad, hasta la actualización por 7 años de los servicios de conectividad TomTom, el cambio automático de luces largas-cortas-largas, o el sistema de aparcamiento sin manos.